Refugio otoñal para neo hippies con querencias vanguardistas, 'Sundry Rock Song Stock' (Anti, 2020) el nuevo disco del bardo de Calgary Jean-Sébastien Audet, quien opera bajo el nombre de Yves Jarvis, supone una muestra más concisa que el excesivo (a la par que nutritivo) 'The Same but by Different Means' (Anti, 2019)- anterior muesca de una trayectoria que ya atesora cuatro álbumes si contamos los que publicó bajo el nombre de Un Blonde entre 2014 y 2016 - para dilucidar si el modus operandi del músico canadiense, más cercano a lo etéreo que a la concreción, es fruto de un desnorte provocado por el aislacionismo o sigue exhaustivamente los planos de un plan profundamente individual y preconcebido.

Atendiendo a que el primer corte de este nuevo acercamiento al folk pastoral, el soul introspectivo y la vanguardia menos plastificada tiene como título 'Epitome', parece quedar claro que la intención primaria de su autor era la de condensar en un disco de acabado más convencional - diez cortes, algo más de media hora - la amplía paleta que maneja tanto para hacer de la canción todo un mundo en sí mismo como fabricar miniaturas espirituosas del calibre de 'Time and Place' de su disco anterior. Sin ir más lejos, la niebla folk-soul con la que inicia el camino de este disco vira con total naturalidad hacia un mantra que entronca su sonido con los experimentos electrónicos orientalistas del primer Franco Battiato, una de las influencias reconocidas del músico canadiense.
Un acercamiento a la polución sonora del italiano que vuelve a repicar en cortes como 'Ambrosía' y salpimenta con sutileza el guiso de canciones como 'Victim' y su aroma protopsicodélico a balada de la Costa Oeste, 'Semula' y su ambiente gospel o 'Nocht in your belt', 'For Props' e 'In Every Mountain' que se nutren tanto del folk-rock cubista que impera en Chicago (estoy pensando en Ryley Walker) y del rock progresivo como del jazz más sugerente con ecos a Miles Davis , Alice Coltrane o el Sun Ra menos galáctico.
Un trabajo en el que predominan más la contención naturalista y la sutileza que la expansión y con el que Yves Jarvis consigue dotar de modernidad y sugestividad a un sustrato sonoro genuino, que le sitúa más cerca de Terry Callier que de Prince.