Pigmy: "Estoy experimentando desde hace tiempo una felicidad serena"

'Manifestación' es el título del tercer disco del proyecto de Vicente Maciá

Pigmy. Foto: Noemí Elias Bascuñana

El renacimiento, ese nuevo nacimiento del arte antiguo marcado por una conciencia histórica individual, parece estructurar la puerta de entrada al universo de 'Manifestación', el último disco de Pigmy. De hecho, estas canciones esquivan a la tendencia y abrazan lo atemporal vestidas con ropajes de otras épocas pero conjugando un discurso que permanece inagotable a pesar del transcurso del tiempo. A su vez, parecen narrar la transición emocional entre lo medieval y el renacimiento a ojos de un trovador del Siglo XXI. De alguien que se maneja a su antojo por el pop psicodélico, el folk de campiña y pellizcos de lisergia progresiva. Todo un "ejercicio espiritual donde se deja a un lado la parte terrenal del hombre" que el propio Vicente Maciá - protagonista absoluto de este proyecto nada prolífico - desgrana en esta entrevista entre referencias a melodías medievales, tratados alquímicos y naturalezas microscópicas.

Manifestación’ es un disco recubierto por un inequívoco manto medievalista. Desde la evocación de la figura de Pablo el Diácono en ‘Ut queant laxis’ (con una letra en latín de exaltación religiosa casi febril) hasta la canción que titula el disco, convertida en un tríptico de un solo surco que está inspirada en un tratado alquímico de 1550. Hay quien piensa que la Edad Media no fue tan oscura como algunos historiadores nos contaron…¿O esta colección de canciones apunta más bien a esa transición hacia lo nuevo que fue el Renacimiento?

'Ut Queant Laxis' me pareció la mejor manera de comenzar 'Manifestación' por dos motivos. El primero es que de la primera sílaba de cada uno de sus versos se dio nombre  a las notas tal y como las conocemos hoy en día el do, re, mi, etc. Con estas pocas notas se puede crear algo completamente nuevo, es algo que no deja de sorprenderme, realmente es un milagro. El segundo es que es un canto de humildad y de purificación. El disco es un ejercicio espiritual donde se deja a un lado la parte terrenal del hombre, desprenderse del barro para entrar en la realidad poética de la existencia. El nivel de oscuridad depende de la luz que dejes entrar eso no ha cambiado a lo largo de la historia.

Portada de Manifestación

El contraste entre la solemnidad de la canción inicial y el ambiente pastoral de ‘Almendros en flor’ mantiene cierta continuidad a lo largo del disco. ¿Una manera de equilibrar las sombras y las luces?

No lo veo así, de hecho es un disco que huye de la dualidad tenemos tendencia a posicionarnos y a juzgar: el mal y el bien, la tristeza y  la alegría, luz oscuridad, como digo en 'Mi Canción': "No deseo la flor ni el jarrón, anhelo la nada que está en su interior" es una manera de decir que hay que experimentar una realidad más profunda e inmutable ir más allá de las apariencias y del pensamiento condicionado por tu percepción, memoria o pasado. Creo que aunque alguna canción pueda parecer musicalmente más oscura o melancólica si prestas atención al mensaje de la letra veras que todas dejan una sensación positiva y de paz.  

Supongo que está de más subrayar la singularidad de la propuesta de Pigmy: alejado de lo prolífico (tres discos en 13 años), interesado en estéticas musicales de un pasado muy remoto, más amigo del poso melódico de las canciones más que de la inmediatez del pop… ¿Ser un alma libre en estos tiempos de etiquetajes impostados puede ser contraproducente?

'Hamsterdam' y 'Manifestación' son dos discos que por su naturaleza obligatoriamente necesitaban tranquilidad, reposo y  dedicación absoluta. Vivimos en una sociedad que la que estás obligado a ser productivo, a pensar poco y a consumir rápido, yo no entro en ese juego. Siempre he estado ajeno a modas y tendencias me gusta ir por libre y hacer lo que me apetece en cada momento, es la única manera de crear algo verdadero y atemporal. No creo que sea contraproducente todo lo contrario. Es habitual subestimar al público, creemos que no está preparado para según qué cosas pero muchas veces lo que pasa es que no tiene acceso a según qué propuestas artísticas o no le llegó en el momento adecuado.

Foto: Noemí Elias Bascuñana

En ‘Manifestación’ (la canción) cantas “te da miedo ser feliz, la luz y la electricidad….” . ¿Se trata de una manifestación desde lo individual o pretendes erigirte en portavoz de cierto desencanto colectivo?

Todo lo contrario 'Manifestación', en concreto, y el disco en general es muy positivo. Trata sobre la felicidad del despertar, ese momento de lucidez, concretamente digo "Te da miedo ser feliz, la luz y la electricidad" el miedo a lo divino y a lo terrenal causa  el  sufrimiento.  Hablo de una felicidad real que no depende del apego, las circunstancias o lo temporal.  Es sencillo ser feliz pero el sacrificio es también grande, no todo el mundo está dispuesto a desprenderse del disfraz e ir más allá de su ego y su construcción mental, es una forma de enfrentarse al mundo, la más utilizada y la que peores resultados da. En gran medida esta canción está basada en el principio alquímico de 'Solve et coagula':  "Disolver  y coagular, separar lo sutil de lo espeso y fijar la consciencia pura la verdadera esencia que todos compartimos ese vacío que colma el universo. 

Estos tiempos que vivimos pueden tener (manteniendo las obvias distancias) ciertos visos medievalistas: estamos en plena pandemia, los populismos van ganando partidas con sus mensajes tan del pasado, los monarcas siguen haciendo y deshaciendo, persisten evidentes fracturas entre las clases sociales…¿Canciones como ‘Incienso y bengala’ o ‘Ana’ son tu manera de aportar luz natural a tanta sombra?

Sí que parece que nos encontremos inmersos en el neomedievo, la promoción  se nos ha ido de las manos. El disco es la banda sonora ideal en estos momentos.  Hablando en serio, con mi música siempre he intentado aportar belleza, un mensaje de esperanza y de reflexión. Siento mucho amor y compasión por todo lo que me rodea. Me gusta pensar que  mis canciones se escuchan con una sutil sonrisilla en el rostro provocada por esa sensación de alivio que da el saber que en el fondo todo está bien. Como cuando un amigo te abraza cuando lo necesitas.

El gusto por la instrumentación tradicional  es evidente en todo el disco: hay flautas, laudes, órganos, panderos, fliscornos… aunque las guitarras acústicas matizan el carácter añejo y subrayan la atemporalidad. ¿A nivel de producción era lo que más te preocupaba?

Lo que más me preocupaba era el no saber si todo esto llegaría a buen puerto.  Hacer un disco de estas características y además encargarte de todas las facetas, composición, ejecución, producción y grabación siempre es como un salto al vacío y muchas veces el motivo por el cual tardo tanto en finalizar el trabajo.

Más allá de la conexión histórica del pop con esas maneras antiguas, en estilos como el rock progresivo, la psicodelia o el folk de campiña y pastoral, en canciones como las de ‘Manifestación’ reside una especial relación con naturaleza y sus formas. Sin ir más lejos, ‘Mi canción’ tiene ecos de fábula ¿no?.

'Mi Canción' es cierto que podría considerarse una fábula. El primer verso lo inspiro el continuo y ensordecedor canto de las cigarras de mi querida Grecia. Siento mucha conexión con los insectos y los pequeños animalillos, me gusta ver la vida a través de un microscopio. 'Mi Canción' como el propio nombre indica, podría considerarse también el desenlace de 'Hamsterdam', donde su protagonista el ratón Tomás no encontraba su canción. Pues aquí la tenemos, esta es su anhelada canción su himno personal, su melodía de bolsillo su bálsamo universal y por extensión la que representa mi existencia.

Dicen que ‘Lachrimae Pavan’  es “probablemente la canción inglesa más ampliamente conocida de principios del siglo XVII”. ¿Cómo surgió la idea de que formara parte del puzzle de ‘Manifestación”?

Por mi cuarenta cumpleaños me regalaron un laúd renacentista y  después de  sacar con éxito el famoso 'Greensleeves' me puse este popular tema de John Dowland como siguiente reto. Es una melodía  preciosa por eso decidí incluirlo en el disco. Además el escucharla me ayuda a recordar  que no soy tan vago como a veces pienso. Me parece  mentira  que a estas alturas todavía tenga las ganas y la paciencia  de aprender a tocar otros instrumentos, fue muy frustrante por momentos (ríe).

Foto: Noemí Elias Bascuñana

En ‘Septiembre’ cantas “¿Dónde están los valientes?. Bajo los escombros de Benidorm” sobre un trote folk-pop bañado de percusiones, teclados y coros. ¿Perplejidad sobre el paso del tiempo? ¿Una reflexión sobre tu propia obra?

Si es esa sensación que se tiene al contemplar un viejo parque de atracciones abandonado, donde todavía crees escuchar el eco de las risas y los gritos de la gente.  Me venía a la cabeza la típica imagen biblica de destrucción, una especie de Sodoma y Gomorra pero a la española. Benidorm es un ejemplo de lo ridículos que podemos llegar a ser, convertir un pueblo de pescadores en semejante aberración  y ese querer vivir en un eterno verano de superficialidad me enternece.  Entrando más a fondo en la canción,  yo soy de los que piensa que el año nuevo debería celebrarse en septiembre. Las enciclopedias por fascículos, esas extravagantes colecciones "dedales del mundo" en serio?, los decepcionantes cursos de inglés. Es el eterno retorno, el inicio de las clases, el olor a lápices nuevos y los nuevos propósitos mitigan la dulce agonía de agosto. Se podría decir que septiembre es la bisagra entre la vida y la muerte la decadencia y el renacer.  'Septiembre' es mi típica canción irónica que intenta dejarte una buena sensación, una placentera melancolía y reírnos de nosotros mismos un poco.  Con una clara moraleja final, tenemos que estar siempre presentes y atentos, es mejor aprobar en julio y disfrutar del verano.

Da la impresión de que estas canciones hablan de alguien que ha pretendido evadirse del ruido pero que quiere expresarse y conectar con los otros de una manera muy concreta. ¿Me equivoco?

Es cierto he conseguido silenciar el ruido o por lo menos bajar el volumen. Estoy experimentando desde hace tiempo una felicidad serena. He perdido el miedo y acepto las cosas como vienen sean buenas o malas porque como he dicho las cosas no son buenas o malas simplemente suceden y ¡ojo!, aceptar no es resignarse, aceptar implica verdadero amor a la vida y humildad.