Onofree: "Dedicarte a la música es un deporte de riesgo"

Hablamos con Juanjo Onofre de su nuevo disco 'Land Incognita'

Onofree. Psicodelia y humor

Curtido como miembro de bandas seminales del power-pop y la psicodelia castiza como Parkinson D.C., Something o Tea Servants, Juanjo Onofre articula su segunda colección de canciones en solitario , bajo el nombre de Onofree, con la reciente publicación de 'Land Incognita' (2020). Un disco que sigue la senda del iniciático 'El Perfecto Invitado' (2018) en su búsqueda de sonidos intrincados, melodías luminosas y un humor particular que rehuye del corsé para mezclar sin complejos ácidos instrumentales, blues progresivo y la lisergia más bailable.

¿En qué medida crees que un segundo disco publicado en un contexto tan extraño como el actual es distinto a los “segundos discos" editados en otras circunstancias?

Bueno, el contexto actual ha cambiado todo, en mi caso ha afectado a nivel logístico pero el contenido del disco habría sido el mismo de no haber ocurrido el desastre de la pandemia, no obstante he de confesar que adapté en el último momento parte de la letra de una canción del disco para hacerla coincidir con lo que está ocurriendo. Supongo que el mayor inconveniente para publicar un disco en estos tiempos es que vas a tener problemas para presentarlo en directo y no sabemos hasta cuando esto va a durar, de nuevo desde mi punto de vista tengo que decir que no tenía pensado presentar el disco en directo o sea que para mi no ha significado un gran problema.

Portada de 'Land Incognita'

En ´Land incognita’ persiste cierta dicotomía entre los sonoridades más terrenales de cierto pop-rock clásico con el ambiente ensoñador que recrean los sintetizadores y las capas de arreglos electrónicos. ¿La idea era la de moverse entre estos dos territorios en un principio contrapuestos?

Efectivamente, me encanta mezclar estilos, del terreno del pop-rock me resulta difícil salir, pero si tengo la oportunidad de mezclar un ritmo electrónico con una secuencia de sintetizador de aire ochentero al que añado un pasaje de guitarra ácido de estilo californiano y mezclarlo todo con una estructura de rock progresivo, no dudaré en hacerlo, y es por ahí por dónde me siento más cómodo.

El disco abre con dos cortes de cariz más experimental: el instrumental ‘El inicio del viaje’ y la apuesta tecno-pop  trenzada por coros sesenteros y estribillo escueto de ‘No mal alimento mi mente’. Aunque es algo que se repite es canciones posteriores, ¿no se trata de una jugada algo arriesgada?

Si no corriera riesgos a la hora de concebir mi música me parecería que no ofrezco nada interesante que merezca la pena ser escuchado, por lo tanto mi idea es justamente esa, no dirigirme a un público que escucha un estilo de música determinado, sino más bien a alguien que al igual que me pasó a mi, ha madurado en sus gustos y acepta el eclecticismo. Me parece interesante que en un mismo trabajo se puedan detectar diferentes estilos, sonidos y épocas musicales y que aún así todo tenga coherencia y no desentone de una canción a otra, eso es lo que busco en mis trabajos, todo está hecho y repetido una y mil veces en la música, por lo tanto la única salida hacia algo original es intentar no sonar a nada en concreto a la vez que suenas a muchas cosas diferentes.

La psicodelia es otro de los pilares del disco, desde la casi stoner ‘I give you my love’ donde vibra una guitarra bien rocosa, en la serpenteante ‘Zoetrope’ que parece sacar a bailar a Beatles y Captain Beefheart e incluso en muchos momentos posteriores del disco. ¿No es así?

Yo procedo de la escena psicodélica de mediados de los 90’s en Barcelona y la psicodelia es el estilo que siempre he considerado mi principal influencia, grupos como Love, Jefferson Airplane, Pink Floyd, CaravanSoft Machine, Pretty Things y por supuesto Beatles y Beach Boys  siempre han sido pilares para mi y seguro que hay más de ellos de lo que yo mismo reconozco en mis canciones. Aunque para mi la psicodelia significa no ponerse limites con la instrumentación, no caer en las estructuras tópicas cuando compones y ser libre de experimentar con todo lo que puedas añadir a una canción. 

En canciones como ‘Mil Trenes’ la letra en castellano, que parece hacer un recuento de las miserias propias  o de los anhelos no conseguidos desde una realidad paralela o ficcionada, cuaja muy bien con el rock brumoso . ¿El tercer disco será completamente en castellano?

Ah! 'Mil Trenes' habla de aceptar tu destino tal como viene, tu vida podría haber sido de cien mil maneras distintas a como acaba siendo, y es el resultado de tus decisiones lo que te lleva sólo por uno de esos caminos, acéptalo tal como es porque paradójicamente no podría haber sido de otra manera. En cuanto a lo de cantar en castellano…  procedo de una tradición de música anglosajona y por lo tanto la primera opción siempre es componer en inglés, a pesar de no ser mi idioma materno, las letras en inglés me salen de manera bastante natural, pero me fastidia un poco luego el tema de la pronunciación , el acento, los errores gramaticales  que nunca se acaban de solucionar, por no decir que aquí la gente normalmente no suele prestar atención al contenido de una letra en inglés, te centras en la música y pierdes el sentido de la palabra, lo cual venimos haciendo de una manera automática. Luego si cantas en castellano te das cuenta que llegas al público de una manera mucho más directa e intensa y no quiero perder eso, además eso de grabar un disco con la idea de que lo escuchen en Inglaterra o EEUU es una absoluta irrealidad a nivel de grupo independiente por mucho que Internet haya roto las fronteras, por lo tanto tengo claro que voy a desterrar la lengua inglesa de mis próximos trabajos, lo haré todo en castellano e intentaré meter alguna canción en catalán si me gusta como suena.

A pesar de ser un disco tramado con ingredientes del pop, su digestión no es de consumo inmediato. Hay mucho instrumental, apuntes experimentales, requiebros en las canciones…¿Querías aplicar una fórmula parecida a la que trabajan los músicos de jazz?

Si en cuanto lo que tiene de  jazz de psicodelia o viceversa, quiero decir que no me preocupo ni me planteo ninguna idea clara en las estructuras de las canciones, en la letra o en los arreglos experimentales, contra más raro y menos comercial me salga más salida le doy, aunque suelo trabajar de manera bastante intuitiva y dejo que la canción me lleve a dónde ella quiera sin ponerle ningún límite en cuanto a duración, instrumentalización, estilo, estructura, etc…. Por ejemplo me estoy aficionando a hacer letras que luego simplifico hasta que se queden en una sola frase donde intento mantener la esencia de lo que quería contar, y me parece muy satisfactorio, en lugar de meter la brasa con largas letras, hacer canciones que puedes memorizar desde la primera escucha, ¡menos es más! Lo mismo con las canciones instrumentales, me encanta desarrollar la música sin tener que estar pendiente de encontrar una letra que cabalgue en ella.

Supongo que tiene mucho que ver con la mano en la producción de históricos como Marc Tena, Román Gil o Paco Loco. Aún así  ¿no ha metido mucha gente mano en el disco o consideras que era algo necesario?

Era algo necesario en cuanto a que yo no soy un músico virtuoso, tengo muchas carencias y necesito la maestría musical que me da Marc Tena  y Román Gil para conseguir llegar a donde quiero instrumentalmente con cada canción, las canciones son las que son cuando las compongo porque parten de unas maquetas que he grabado yo en mi casa, pero resulta que soy una sola persona haciendo canciones que quiero que suenen con una banda de seis persona, yo me suelo encargar de la voz principal, el bajo, algunas guitarras y plantear ideas con teclados y sintes, pero cuando entran en juego Marc con sus arreglos de sintetizadores o su solidez en las guitarras rítmicas o cuando entra Román aportando armonías vocales o solos de guitarra imposibles. Entonces es cuando siento que las canciones han llegado a buen puerto, para este disco además he tenido la suerte de contar en la mayoría de baterías con Anton Jarl que le ha dado el empuje definitivo a las canciones. 

La juguetona ‘The King´s Head’ (algo así como Malcolm Scarpa derivando hacia territorios de los Bluesbreakers)  retrotrae en su inicio a  los tiempos de Tea Servants. ¿Echas de menos las cosas de aquella época donde todo parecía que iba a a ser distinto para el pop independiente?

Me gustaban mucho los Tea Servants anfetamínicos de la primera época y de hecho en mi disco anterior 'El Perfecto Invitado' incluí una versión de un tema de su primer disco que se llama 'Hello Good Morning', en aquella época los músicos aún soñábamos con vivir de la música y efectivamente aún había posibilidades. Hoy ya todo ha cambiado tanto que dedicarte a la música es un deporte de riesgo, de riesgo económico, paradójicamente hoy es más asequible que nunca tocar y grabar y se ha producido una sobresaturación en la que es muy difícil destacar, a eso añade que ya no se venden discos, que las plataformas digitales no generan beneficios para lo músicos y que cada vez hay menos público y es menos entusiasta en los conciertos, es  casi un acto heroico dedicarse a la música hoy en día.

‘Idiota liberal’ es una canción con un mensaje muy concreto, directo pero desenfadado. ¿Una forma de posicionarse con sentido del humor?

Totalmente, hay que tener sentido del humor para enfrentarse a los desafíos políticos y sociales que estamos viviendo porque sino te hierve la sangre y no creo que la ira sea buena ni para los demás ni para uno mismo, en este disco hay varias canciones con un contenido implícitamente político, pero intento tratarlo con ironía y humor, a parte de ser más elegante creo que es más sano.

La portada de Óscar Sanmartin tiene su miga e induce a una lectura pausada para intentar descifrar que es lo que quiere contarnos. En otra ocasión, el propio Óscar, nos dijo que en la actualidad “No interesa el criterio de expresar la mirada de la gente". ¿Crees que esta sentencia se podría aplicar a la música pop?

Ha sido fabuloso trabajar con Óscar Sanmartin, conecté con él inmediatamente y el concepto de la portada prácticamente salió después de la primera conversación, en ella se encuentran muy bien resumidos muchos de los elementos de las canciones, me parece muy interesante que una portada te lleve a plantearte una lectura del disco y sacar tus propias conclusiones, que sean más o menos acertadas no creo que sea lo más importante, al igual que puedes equivocarte en la interpretación de una letra pero no por ello resulta menos interesante, la música es abstracción y a mi me encanta la multiplicidad de interpretaciones. En cuanto la frase que comentas… la música “pop”  viene de “popular” de algo que supuestamente va a llegar y va a ser comprendido por la mayoría de la gente, en ese sentido nunca me ha interesado dirigir conscientemente mi música hacia algo que la haga popular o moderna, sino más bien en una mezcla o equilibrio entre lo que soy capaz de hacer y lo que me gustaría escuchar, sin tener muy en cuenta si va a funcionar a nivel de público, soy un artista independiente y si algo bueno tiene la incapacidad de llegar a las masas es que puedes hacer lo que te de la gana sin nadie que te controle pensando en posibles ventas o éxito, para mi el éxito es poder hacer lo que quiero, ya sea a nivel artístico o personal.

Ya casi no quedan territorios inexplorados. ¿’Land incognita’ es un disco conceptual? Lo digo porque hay un inicio y un final de viaje… 

En cierto modo, el título de 'Land Incognita' evoca al descubrimiento de algo desconocido que es pienso a nivel global el momento en el que nos encontramos como civilización, me gustaba pensar en ello cuando hacía el disco a la vez que contemplaba lo que está sucediendo en el mundo, y eso creo que está en varias de las canciones, por lo tanto me plantee los temas que abren y cierran el disco de una manera instrumental como las tapas del contenido, como una introducción y un final, o más bien un “continuara…”. A pesar de que las canciones en si mismas no tienen la continuidad de un disco conceptual en ese sentido, sí que he tenido la intención de que lo sea.