Mayte Martín: "Cada vivencia se convierte en un ingrediente para la creación"

Mayte Martin. Foto: Isabel Camps

"Para encontrarme contigo, estoy buscando en el suelo las huellas de tu sonido", escribió el poeta malagueño Manuel Alcántara, autor dotado de una sensibilidad natural para poder hablar de las cosas más elevadas, dejando de lado los alardes y las composturas. Unos versos que bien podrían ilustrar el cariz romántico y vivencial del nuevo camino emprendido por Mayte Martín, quien tuvo a bien adaptar, en su momento parte de la obra lírica de Alcántara en un disco titulado 'Al cantar a Manuel' (Nuevos Medios, 2009). 'Tempo rubato' es como ha bautizado a su nuevo proyecto la cantante y compositora nacida en Barcelona. Un término utilizado en el ámbito de la música clásica para hacer referencia a la ligera aceleración o desaceleración del tempo de una pieza a discreción del solista. Podríamos pensar que se trata de un punto y aparte en la trayectoria de Mayte Martín, desde un proceso donde ha intentado sintetizar un periodo de tiempo determinado en una serie de canciones o bien, yendo algo más lejos, cercar la pretensión de probar como podría funcionar su propio bagaje, reinventado y tejido con unas nuevas costuras, como aventurándose pero sin querer perder de vista el pasado. Algo sobre lo que la propia artista barcelonesa nos saca de dudas al comienzo de una agradable charla telefónica: "De tus dos conclusiones, la primera es la más acertada. 'Tempo Rubato' es una expresión utilizada en música clásica que metafóricamente tiene mucho que ver con el contenido del espectáculo y con la manera en que se ha hecho. Es música con mucho movimiento, mucho "retardando", y con mucho "rubateo", con una gran flexibilidad en los tiempos y en la manera en que es interpretada. Además estas canciones se han gestado paralelamente al resto de las cosas que he vivido y a resto de mis proyectos. Ha medida que me han ido pasando cosas, sentimentalmente hablando, han ido quedando reflejadas en todas estas canciones que componen el repertorio de 'Tempo rubato'. No es un proyecto que haya nacido en un tiempo concreto si no que se trata de canciones que se han ido componiendo y arreglando a lo largo de 20 años".

Foto: Isabel Camps
Foto: Isabel Camps

Generalmente el artista publica un disco y a posteriori sale a defenderlo sobre las tablas. Mayte Martín con 'Tempo rubato' ha jugado a contracorriente: contando con las canciones para presentarlas a su público en directo pero sin una grabación, hasta el momento, que las atesore. "Con éste disco y con todos, en realidad. La historia de que se saque un disco y después se empiecen a hacer conciertos no es más que un orden establecido por requerimientos comerciales. Esto va contra natura absolutamente del tiempo natural de cualquier creador. Creas una obra, la maduras y la pones ahí y es sobre los escenarios donde se consolida y cuaja del todo. La lógica natural de una creación dice que lo normal es que grabes ese disco cuando esta historia esté en su momento álgido, después de haber hecho unos cuantos "bolos". Es en ese momento cuando uno tiene que meterse en el estudio y dejar registrado ese trabajo. Lo demás son intereses comerciales y estrategias que nada tienen que ver con el tiempo natural de arte y de la creación. Para mí siempre prima la lógica artística por encima de cualquier otra cosa".

[pull_quote_right]Me apetecía montarme en este barco y navegar con estos sonidos y esta fórmula musical[/pull_quote_right]

'Tempo rubato' es un proyecto gestado desde la intuición, madurado durante mucho tiempo, cerca de 20 años, y que Mayte Martín ha decidido sacar del horno para emplatarlo justo en este preciso momento. ¿Por qué ahora y no antes ni después?. "Se han dado una serie de circunstancias que han hecho que este sea el momento propicio para hacerlo. La primera y principal es que he encontrado a los compañeros ideales para poder llevar a cabo este trabajo: el Quartet Qvixote (Dani Cubero - violín, María Sanz  - violín, Bernat Bufarull - viola y Amat Santacana - violoncelo), que se ha convertido en quinteto porque hemos añadido el contrabajo de Ximo Clemente. No solamente tienes que tener la idea y materializarla sino que tienes que encontrar a los músicos adecuados, que comprendan la historia, que se impliquen, que les guste, se enamoren y que viajen contigo hasta donde el proyecto nos tenga que llevar. Por otro lado, ha sido el momento en el que yo he creído que ya había una serie de canciones que ya estaban preparadas. En tercer lugar, era también mi momento para mostrar esto. Me apetecía montarme en este barco y navegar con estos sonidos y esta fórmula musical".

Joan Albert Amargós.

Mayte Martín cuenta con su guitarra acústica y este cuarteto - convertido ahora en quinteto - de cuerda para vestir las canciones. Como si quisiera probar un colchón delicado que matizara la profundidad de su voz. "Desde el principio, desde que le pasé a Joan Albert Amargós los cuatro primeros temas para que los convirtiera en lo que se han convertido, es decir, para que hiciera los arreglos, yo ya tenía muy clara la idea de lo que quería. Pretendía que fueran vestidos por un quinteto de cuerda, que fuera una cosa muy delicada y muy sutil y tuviera un sonido clarisimamente clásico, de música de cámara". También pretendía que el aire flamenco de estas canciones partiera de su propia naturalidad y que la pulsión neoclásica estuviera presente en el trabajo en los arreglos de Joan Albert Amargós, tal y como ella explica: "Insistí mucho en que Amargós no buscase el color flamenco ya que quería que éste estuviera solo y de manera inevitable en mi manera de expresar, frasear y comunicar, de forma natural. Desde el primer momento tenía claro como quería que fueran esos arreglos y en eso se ha convertido esta historia".

Se trata de canciones sobre el amor, siempre entendido desde una óptica romántica (con el desamor como reverso) y "abolerada", un tema constante en su discografía, como podemos observar en títulos de discos como: 'Querencia', 'Tiempo de amar', 'Cosas de dos'... Al fin y al cabo la canción popular siempre bascula alrededor de aquello que conmueve al ser humano. "El amor es el único sentimiento común a todos los seres humanos, vengan de donde vengan y sean quienes sean. En ese punto y en ese sentimiento nos encontramos todos, y por eso estas canciones, a pesar de estar a nivel musical, muy bien construidas, no tienen nada que ver con la música intelectual. No hace falta saber de música, a cualquiera le pueden gustar, a cualquier persona que le pueda latir dentro el sentimiento del amor (y del desamor), pueden llegarle estas canciones. A veces una buena construcción a nivel musical implica que, si un oyente no tiene una cultura al respecto determinada, no puede disfrutar de ella como es debido. Yo, en cambio, huyo totalmente de esto. Ni siquiera me gusta la música intelectual, y eso que tengo unos conocimientos que me permiten apreciarla. Las músicas que, a pesar de estar muy bien armadas por fuera, no tienen una génesis emocional, no me interesan para escucharlas ni para crearlas. Intento hacer una música sensitiva, sensible y que pueda ser apreciada por cualquiera que este vivo", argumenta.

[pull_quote_right]Estoy convencida de que todo lo que escuchamos, lo que respiramos, lo que comemos, lo que vemos y, en definitiva, todo lo que nos pasa, influye inevitablemente en nuestra obra como creadores[/pull_quote_right]

El armazón de 'Tempo Rubato' está basado en composiciones propias, canciones que han recorrido un camino paralelo a la producción discográfica de Mayte Martín a lo largo de 20 años. Aún así, queda lugar para el homenaje: "Casi todas las canciones de 'Tempo rubato' son composiciones propias, menos un tango de Carlos Gardel, 'Sus ojos se cerraron', que en su momento me enamoró y otras dos canciones cuyas letras provienen de poemas, una del 'Soneto de amor' de Rafael De León y 'Gacela del amor imprevisto' de Federico García Lorca", comenta. Puede que incluso se pueda percibir un influjo inconsciente de los poemas de Manuel Alcántara tal y como citábamos al principio de la entrevista: "Estoy convencida de que todo lo que escuchamos, lo que respiramos, lo que comemos, lo que vemos y, en definitiva, todo lo que nos pasa, influye inevitablemente en nuestra obra como creadores. Cada vivencia se convierte en un ingrediente para la creación".

Mayte Martin (2)La música de Mayte Martín tiene la capacidad natural de hacer que su público la sienta muy ligada a sus vivencias personales. Mayte Martín ha indicado que las canciones de 'Tempo rubato' son ante todo muy personales y vivenciales. Probablemente sea este grado de conexión con el público el que más agradece el artista. "Es el que más agradece el artista, y también el público. Ese vínculo es muy importante y muy hermoso, y solamente se crea cuando haces las cosas desde tu más profunda esencia. Cuando lo que ofreces es tu verdad y tu esencia más pura, lo que hace también que tengas un tipo muy específico de público, que se implique especialmente y que resulte cómplice de tus cosas. Siento un vínculo muy fuerte con el público porque, al fin y al cabo, estamos haciendo un intercambio de verdades. Un fluido esencial de algo que es verdaderamente muy profundo". Mayte Martín aún no ha decidido como registrar en un disco el repertorio de 'Tempo rubato'. Para alguien con un concepto tan claro y libre del hecho artístico como ella, tampoco supone una cuestión de Estado. "Pensar, pienso todo el tiempo (ríe). Sobre la marcha iremos viendo si la forma de sacarle partido a estas canciones, especialmente de forma emocional, es grabándolas en directo o haciéndolo en un estudio. Ese tipo de valoraciones se hacen poco a poco y prácticamente sin querer. No son decisiones que se toman tras un largo tiempo de reflexión, si no que vas viendo que necesidades tiene el proyecto para que cuando las vayas a dejar registrada, teniendo en cuenta que es algo que te sobrevive (ríe), dejes ahí plasmado lo máximo que puedas, tanto a nivel emocional como musical", explica.

Lo que sí que tiene claro es que el lugar escogido para la próxima puesta de largo de 'Tempo rubato' (ya fue presentado el pasado 24 de junio en el Festival (a)phònica de Banyoles), el Teatre Grec de Barcelona, es el mejor escenario posible. Un lugar con un vínculo muy especial con la vida y obra de Mayte Martín y espacio ideal para convertir estas canciones en algo íntimo y mágico para el propio público. "No hay ningún lugar mejor que ese. Estoy muy vinculada tanto al Festival Grec como al propio teatro. Yo jugaba ahí de pequeña y es como llevar a la gente a mi casa. Es un lugar donde se crea un clima mágico y, con todo lo grande que es, una sensación de intimidad muy bonita".

[quote_box_center]

Mayte Martín: El gesto y la palabra

Por Luis Moner

Un día leí que Mayte Martín decía que el cantar es un acto sagrado, y con este canto se acercaba al público en una ceremonia que tiene mucho de pagano y de espiritual a partes iguales. Nunca he charlado con Mayte pero escucho su música, me sobresalto con su timbre de voz, y veo sus fotos con ese rostro amable, y uno llega a la conclusión de que si existieran más artistas como ella sería posible (re)defenir un nuevo Arte de resistencia. Sí, en la carrera de fondo de la catalana hay mucho de gesto político invisible. Ella continúa tenaz en su empeño de desnaturalizarse de las etiquetas, de seguir librando una obstinada batalla por desencasillar al artista flamenco de una semántica que cercena cualquier atisbo de disidencia. A la cantaora barcelonesa siempre le ha gustado subvertir los cánones -artísticos, estéticos, éticos- y jerarquías establecidas del flamenco, y ahora sólo le queda atrincherarse en una integridad como artista que no llena grandes recintos, pero sí que cuelga el cartel de "no entradas" en los pasillos insondables de los que aun tenemos memoria.

La voz de esta mujer me ha ido acompañando a lo largo de todos mis años de aprendizaje en ese mundo tan endogámico pero fascinante del flamenco. El eco de su voz siempre a mi lado alzando puentes entre lo popular, y el maridaje de culturas que nunca quisieron ser etiquetadas como mestizaje. Mayte me ha enseñado a disfrutar de los requiebros furiosos de Bambino; de apreciar el nuevo sentido que cobran las bulerías si las cantaba La niña de los peines, o a reivindicar a la gran Remedios Amaya.

No recuerdo ya lo que sentí cuando escuché por primera vez el 'Free boleros' (K Industria, 1996) pero estoy seguro que se obró un encantamiento que aún se mantiene intacto. Acompañada por el sinpar Tete Montoliu, este es un documento extraordinario en directo (verano del 96, Festival Grec de Barcelona) del poder expansivo de una Artista que empezaba a ser conocida más allá del circuito del cante. El bolero reivindicado desde dentro, en su esencia. Un sortilegio. Sí recuerdo perfectamente los lagrimones que he llegado a echar escuchando este disco; el bolero como perfecto catalizador de mis estados de ánimo.

Pero más momentos inolvidables hay en la carrera siempre coherente de la autora de 'Zafiro y Luna'. ¿Cómo olvidarme de ese momentazo televisivo impagable que ofreció Mayte junto a otra grande de España como es Falete cantando a duo 'S.O.S'? Gracias, muchas gracias, Jesus Quintero. ¡Y qué decir de ese homenaje a Manuel Alcántara en el fantástico 'Al cantar a Manuel' (Nuevos Medios, 2009)! Una obra en el que se abre mi mente a un imaginario viaje acompañado por Martirio, Chabuca Granda, Lole Montoya, Judy Garland, Joni Mitchell o Carole King. Y siempre el violín de Olvido Lanza. Y siempre el sentimiento como único salvavidas.

 

[/quote_box_center]