Malandrómeda: Doble dragón

Malandrómeda

A Malandrómeda no le hace falta apenas promoción para que su música fluya cual Ribeiro que riega una mariscada. Una mariscada de efectos alucinógenos, eso sí. Porque la música que factura este duo gallego, que no concede entrevistas y que apenas hace uso de las herramientas de promoción más comunes en estos tiempos 3.0, causa ácido impacto de manera casi inmediata. Para paliar el lustro que Hevi y O Master do Son, la pareja de cante y toque Hip Hop que ponen máscara al proyecto, han estado sin ofrecer material que llevarnos a los oídos, regresan a lo grande, con dos álbumes a priori independientes, pero que funcionan perfectamente como anverso y reverso de una misma moneda.

'Cada can que lama o seu carallo'
'Cada can que lama o seu carallo'

De estética colorida, con brillante labor de Sokram en su arte, y sonido más luminoso y bailable, 'Cada can que lamba o seu carallo' (Matapadre, 2016), da por empezada la fiesta con el guante de seda de 'Os calcetís de drácula', una sinfonía soul-hop que prende la mecha y enciende una queimada de alta gradación que mantiene el subidón con temas del calibre de 'Osborne' (¿bebida espirituosa o presentador fantasma?), una suerte de western rimado en sostenido por la lavia inconfundible de Hevi y agitado por los beats morriconeanos de O Master do Son, o la jubilosa explosión latina de 'Bótalle caldo (cumbia malandra)', probablemente una de las canciones más disfrutables de 2016. El álbum completa su órdago con los riddims de 'Estimulancias', la colleja al Diplo post-M.I.A. de 'Golibuz', las bases ochenteras de 'Levaetrae' y la frondosidad bárbara de 'A porta Liebezeit', corte que parece entreabrir la puerta a su hermano gemelo discográfico.

'Os corenta e oito nomes do inimigo'
'Os corenta e oito nomes do inimigo'

La parte Yin de este díptico se muestra en 'Os corenta e oito nomes do inimigo' (Matapadre, 2016) que rebaja la luz a partir del espléndido artwork de Denís aka Bluemouse para ahondar en un perfil más reflexivo, reivindicativo y hasta en ocasiones nostálgico: hay política en temas como 'A enerxía cinética non vai impedir isto', análisis desde el barro en 'Internet non existe' y lamento en 'Os teus bicos xa no men saben'. Una producción más densa (en 'Paso entre o barullo e nin me cheiras' podríamos hablar hasta de free-hop) que se nutre con las colaboraciones de Manuele CaamagnoXosé Lois Romero o la voz susurrante de Playboy Navigatore en la áspera 'Pelegrín, pelegrín, pelegrín', y que deja entrever el concienzudo trabajo de 3 años (de 2012 a 2015) realizado para dar con el pulido definitivo de estas canciones.

Un doble juego plagado de virtuosismo efectivo, que mira al universo con brío sin perder de vista su esencia local. Son galegos do futuro, son galegos do pasado.