Luz Casal / Que corra el aire

Luz Casal.
Portada de 'Que corra el aire'.

No, no nos rasguemos las vestiduras ya de entrada. Sí, un sí rotundo al potencial artístico de Luz Casal, una mujer que es capaz de sonrojarnos con ripios imposibles y producciones desfasadas, pero que, a su vez, atesora un poder escénico y un potencial vocal deslumbrante e inigualable en el pop español. ¿Y por qué no reivindicarla? De echo ella misma lo hace con un fabuloso disco, 'Que corra el aire' (Warner, 2018) que la devuelve a la actualidad con un puñado de dianas de lustroso músculo.

Atrás quedaron los buenos tiempos en los que la gente compraba discos, y si era de Luz se tenía asegurado un buena ristra de estribillos para tararear; luego Almodóvar la recuperó para ensalzar su lado de crooner melódica que, dicho de paso, nadie la tose. Luz, a pesar de los reveses de la vida, desde hace unos años hace lo que le da la gana sin pagar el duro peaje del yugo de las draconianas leyes del mercado disquero. Venderá discos, seguro, pero ya no parece que sea su prioridad artística. Una dulce madurez que la encara cerrando los ojos y acariciada en dulce plumaje.

El paso del tiempo me pide cada vez más emociones puras, sinceras y sin demasiados manierismos (debe ser el inexorable paso del tiempo y mi frágil salud), y en este conjunto de canciones lo he encontrado, y me hace feliz, coño. Bien acompañada por músicos excelentes (Tino Di Geraldo, Xavi Molero, Josep M. Baldomà entre otros), y la límpida producción de Ricky Falkner, la autora de 'Entre mis recuerdos' se pone expeditiva en su ya clásica manera de entender el rock en gemas como 'Miénteme Al Oído' o la más convencional 'Tanto ruido'. El esplendor baladista surge en la enorme 'Volver a empezar' (con estribillo incombustible), y en 'Morna' hay ecos de aquella recordada por todos 'Un año de amor', y cuyos aires porteños acarician los sentidos. Dejo para el final la que será para mí la canción del año, 'Quise olvidarte', bolero de rupturas insoportables escrita por Cristina Plaza (Daga Voladora). Sencillamente magistral. Un disco que harían bien en escuchar sin prejuicios. Saldrán ganando.