Los Radiadores: "Si los Ramones creían en los milagros, nosotros no vamos a ser menos"

La banda valenciana celebra una década de trayectoria con 'Bailes de verano'

Los Radiadores. Entusiasmo punk. Foto: María Carbonell y Susana Godoy.

Decía Benjamin Franklin que "la energía y la persistencia conquistan todas las cosas" y precisamente de esto andan sobrados Los Radiadores. La banda que comanda Raúl Tamarit (guitarra y voz e interlocutor en esta entrevista) y cuyo engranaje funciona como el reloj de Bill Haley con el complemento de Sergio Domingo (bajo y coros), Jose Antonio Nova (guitarra y coros) y Vicente Vila (batería y percusiones) publicó un minuto antes de la pandemia 'Bailes de Verano' (Bonavena Música, 2020), disco con el que pretenden celebrar una década grabando discos y subiéndose a los escenarios. Un trabajo que muestra las dos caras de los valencianos; por un lado con el registro de algunos temas nuevos del calibre de 'Luna Roja' (con la colaboración estelar de Pat Escoin de Los Romeos) o el 'El gran premio final' (rock en clave reggae que cuenta con la presencia de José Manuel Casañ de Seguridad Social) y por otro, desde la versión en crudo y en directo de cortes emblemáticos de discos anteriores como 'Buddy Holly' o 'Manual de supervivencia'. Un libro de estilo que fía su entusiasmo al rockandroll, el surf, el crujido de The Cramps o la algarabía ramoniana, pero que introduce el humorismo mediterráneo como elemento diferenciador y que es capaz de sobreponerse a los confinamientos para hacer que en la nueva normalidad podamos seguir moviendo el esqueleto a base de riffs y estribillos contagiosos.

Este año los ‘Bailes de Verano’ van a ser en grupos pequeños y con una mascarilla tapando nuestra satisfacción ¿Y ahora qué hacemos?

Los que trabajamos con presupuestos bajos, desde el underground y al margen del establishment, nos hemos adaptado siempre a cualquier adversidad. En cada crisis nos hemos tenido que reinventar; eso sí, bajando cada vez algún peldaño. Esto no será diferente en algunos aspectos. Supongo que todavía hay algún peldaño para bajar y nos adaptaremos a las circunstancias. Peor lo tienen los que se lo comían todo, que van tener que comerse la mitad del pastel. Y cada vez hay menos pastel para todos los que son. A los que no nos dejaban ni las migajas seguiremos igual. Sin pegar bocado.

¿Toda esta situación se podrá revertir y que la música en directo podrá volver a flotar con dignidad (pese a las precariedades pre-pandemia) o no os creéis aquello del “I believe in miracles’ que cantaban Los Ramones?

Supongo que habrá que desandar lo andado, y volver al concepto de música de base. A los directos de pequeño y mediano aforo. A volver a cavar los cimientos y crear un circuito de salas de capacidad limitada en la que todos juguemos en igualdad de condiciones. Con cierta responsabilidad para conseguir que el público real, al que de verdad le importan los conciertos, pierda el miedo con la llegada del otoño e invierno y se acerque a las salas. No obstante, soy positivo y pienso que poco a poco se creará una nueva normalidad de conciertos. Si los Ramones creían en los milagros, nosotros no vamos a ser menos. 

Portada de 'Bailes de verano'

En ‘Bailes de verano’ hay una cara con canciones nuevas grabadas y otra con tomas en directo. Cómo me dijeron en otra ocasión los norteamericanos Redd Kross ¿Para vosotros estar en el escenario es algo muy natural mientras que las grabaciones se parecen más a un trabajo?

Una de las cosas que nos han dicho siempre desde que empezamos, es que en disco no sonamos igual que en directo. Que los conciertos suelen ser más dinámicos, más rotundos. También es cierto que son conceptos distintos. De todas maneras, cada vez nos acercamos más en los discos a esa energía de los directos. Supongo que cada vez estamos más a gusto trabajando en el estudio, con las ideas mucho más definidas. Por eso en 'Bailes de verano', ya que celebramos diez años, queríamos de alguna forma mostrar las dos caras de una misma moneda. Si las condiciones acompañan sobre el escenario somos más nosotros. En el estudio también, pero acabamos aburriéndonos y deseando acabar cuanto antes.  Aún así intentamos llevarlo todo claro del local de ensayo para que sea un trámite rápido y limpio

En verano suelo pasar (pero no bailar) por Cantillana, el pueblo de la sierra sevillana donde Curro Jiménez (personaje basado en el "barquero de Cantillana") hacia las veces de Robin Hood con patillas. ¿Esa manera de localizar los referentes tal y como hacéis en ‘Luna Roja’ es la fórmula idónea para que el molde del rockandroll obtenga una forma más singular?

Siempre me ha gustado mezclar elementos de aquí y de allá. En el caso de 'Luna roja' están, por un lado, Joe Strummer y Joey Ramone, dos personajes a los que admiramos, y comprometidos con diferentes causas. Y por otro, Curro Jiménez y El Tempranillo, muy nuestros. La figura del bandolero siempre me ha gustado. Como dices, una especie de Robin Hood que desafiaba al poder para ayudar a los más necesitados. Es una manera de jugar con toda la parafernalia del rock and roll anglosajón y la vez llevarla a nuestro terreno. Es una forma de reivindicar lo nuestro y de mezclar varias culturas. Por el punto geográfico que nos encontramos tenemos elementos culturales e históricos que están muy bien. Y nos resultan incluso más cercanos. Por cierto, cuando pases por Cantillana, queremos foto, eh?

Reivindicar a figuras tan necesarias de nuestra escena cómo Pat Escoin (Los Romeos, Exfan) o José Manuel Casañ (Seguridad Social) y cantar con ellos, es todo un punto. Qué lástima que Bruno Lomas (quien este año habría cumplido ochenta tacos) ya no esté con nosotros. ¿No?

Para este décimo aniversario queríamos contar con gente que de alguna forma hubiera significado algo para nosotros. Y tanto Pat Escoin como José Manuel Casañ han significado mucho en mi formación musical. Maneras de entender la música, luchando contra las adversidades en cada momento de su carrera. Les propuse la colaboración y aceptaron sin dudar. La actitud y la imagen de Pat con Los Romeos me fascinaba y José Manuel es responsable en cierta medida de que quisiera tocar en un grupo, ya que cuando era adolescente los vi en directo un montón de veces. Incluso el primer concierto que fui con trece o catorce años fue uno de Seguridad Social presentando 'Introglicerina'. Un disco que de vez en cuando aún suena en el reproductor. Precisamente a Bruno Lomas lo descubrí cantando con Seguridad Social 'Todo por el aire', y desde entonces mi interés por él. Bueno, si no hubiera muerto en ese accidente  tal vez nos hubiera dado algún momento glorioso más. Aunque es algo que nunca sabremos. Es bueno siempre recurrir a su carisma. 

Foto: María Carbonell y Susana Godoy

Por cierto, La Caverna ya no existe y la gran mayoría de los jóvenes de la ciudad se mueven por bares a golpe de beat electrónico y baile latino. ¿Gente como vosotros o los miembros de Doctor Divago sois ya parte de un eslabón perdido?

Lo que está claro es que siempre hemos ido mucho a nuestro rollo. No nos hemos casado nunca con ninguna escena concreta. Hemos estado ahí, defendiendo lo nuestro. Nos identificamos con Doctor Divago, al igual que con otros nombres, por la perseverancia y la defensa de un proyecto concreto. Ahora no está La Caverna, pero tenemos otros sitios como el George Best Club donde vamos habitualmente. Aunque es cierto que las salidas nocturnas están más espaciadas e incluso más relajadas. Bueno, solo a veces.

Otro personaje crucial del rock en castellano es Víctor Coyote - quien por cierto ha publicado un ‘Las Comarcales’ la mar de disfrutable - y el aire entre poderoso y etílico que le dais en directo a ‘Extraño corte de pelo’ (de Los Coyotes)  mantiene el punch punk de la energía juvenil. Aún así, ¿estáis de acuerdo con lo que dijo sobre el reguetón en una entrevista recienteCuando a una música la atacan con tal saña y la ven tan perniciosa, quiere decir que algo tiene de buena.”?

Justamente el otro día un amigo me puso canciones de sus últimos discos y me parecieron muy chulas. Siempre sorprende. La verdad es que de Víctor Coyote hemos aprendido mucho. Todo el rollo latino, la mezcla de elementos fuera del rock… Entiendo lo que dice del reguetón, él siempre ha sido de experimentar y tal, pero no sé. También atacan con saña a determinados grupos indies o a la gente de Operación Triunfo y no quiere decir que sea buena, ni mala. Ahí seré equidistante. Para gustos los colores. En general siempre se ataca con saña a lo que tiene éxito. Tengo una hija de 12 años, y prácticamente todo lo que escucha es reguetón, y la verdad es que pocas cosas me llaman la atención de lo que pone. Pero muy pocas. Me aburre la monotonía del ritmo. De las letras ya ni comento. Busco otras cosas en la música. También es cierto que en parte es normal es que yo no escuche la música que oye mi hija, como mi padre despotricaba de la que escuchaba yo, o yo no escuchaba la música que oía mi padre. Aunque ahora la aprecie bastante. Es una cuestión generacional. 

Algunos piensan que el rockandroll murió con ‘Buddy Holly’ . ¿Qué echas de menos en la escena musical contemporánea? ¿Quizás que haya demasiada homogeneidad y solo destellos puntuales de singularidad?

Precisamente 'Buddy Holly', la canción de Los Radiadores, habla de eso. De que todos siguen la línea recta. Y ahí estamos nosotros, bailando, pero con otro ritmo. Supongo que muchos han visto que les ha funcionado a unos cuantos e intentan hacer lo mismo por si a ellos también les suena la flauta. De todas maneras, hay cosas muy interesantes. Pero hay que bucear para encontrarlas. Estoy generalizando, es cierto, y hablo de escenas concretas que tienen más altavoces y visibilidad. Pero ahí están otros que no ocupan grandes espacios pero que son muy interesantes. No creo que el rock and roll haya muerto, ni morirá, mientras haya gente que lo mantenga vivo. Ya no es una cuestión de actitud o de parecerse a alguien. Es una cuestión de hacer canciones. Una canción llega o no. Y así es el rock and roll. No hay que buscarle tres pies al gato. 

¿’Benidorm’ es el Atlantic City de los valenciano? ¿Un "Las Vegas para tiempos de pandemia"? ¿La California de los que no tienen mucho presupuesto para viajar en vacaciones?

Bueno, Benidorm es el gran centro recreativo de la costa alicantina. Una mezcla de ambiente kitsch y el tópico playero mediterráneo llevado a su máximo esplendor. Me gustaba que en la canción se hablara de esa ciudad y no de otra. He de reconocer que en los bocetos de la letra aparecían otras localidades. Pero al final me quedé con Benidorm por lo que representa. Además, para ser honesto conmigo mismo, decidí mantener Benidorm, porque se me ocurrió allí, en un Fuzzville, y parte de la letra está inspirada en una cosa que le pasó a una amiga. Y al final, como en la canción, nada de nada.  

Diez años de trayectoria dan para mucho y da tiempo de hacer cierto balance. ¿Qué es lo mejor que os ha pasado desde entonces?

Pues muchas cosas, y como bien dices, diez años dan para mucho. Conocer a mucha gente que de otra manera no hubiéramos conocido. Compartir escenario, y en muchas ocasiones mesa y mantel con grupos a los que admiramos. Poder tocar en distintas ciudades que igual no hubiéramos visitado. Tener un buen número de discos editados y, sobre todo, poder presumir de estar diez años al pie del cañón. Y seguimos a por más.