Loreena McKennitt: "Siempre he estado muy interesada en lo que la historia tiene que enseñarnos"

Loreena McKennitt.

El folk expansivo y multicultural de Loreena McKennitt encuentra su refugio ideal en las nueve canciones que conforman su último trabajo, 'Lost souls' (Quinlan Road Limited, 2018). En su décimo álbum de estudio, el primero con composiciones originales desde el ya algo lejano 'An ancient muse' (Quinland Road Limited, 2006), la canadiense (Manitoba, 1957) embellece sus reflexiones acerca de la condición humana, los contextos culturales y los paisajes socio-políticos con sus maneras cristalinas y una voz en plena forma que trasluce con total naturalidad el influjo de sus orígenes celta y escocés. Lo hace bajo el manto de John Keats y William Butler Yeats, ya que se hace acompañar de su verso, adaptando textos de ambos poetas en canciones como 'La belle dame sans merci' (Keats) o 'The ballad of the fox hunter' (Yeats), con un poso clásico que remite al Van Morrison crepuscular y dejando de lado la mordacidad con la que Morrissey se ponía del lado de Oscar Wilde en 'Cemetery Gates'. A su vez, sucumbe de nuevo al poderoso influjo de los sonidos árabes, en canciones tan embriagadoras como 'Sun, moon and stars', en un disco que parece el resultado obvio de todo lo que ha aprendido durante tantos años de giras y viajes.

Portada de 'Lost souls'.

"Supongo que, en cierto modo, podría ser visto de esa manera", responde Loreena McKeenit desde Ontario, ciudad en la que reside desde hace años. "El disco contiene cinco piezas que datan de la primera parte de mi carrera, así como algunas composiciones recientes. Las canciones que vienen de atrás se sentían un poco como "almas perdidas", de ahí viene el título de la grabación. Después de eso, intenté componer nuevas canciones que tuvieran otro enfoque para ese título". La canadiense se muestra confiada en haber encontrado el vehículo idóneo para sus inquietudes actuales en unas canciones que, si bien inciden en las constantes expuestas en su larga trayectoria, cuentan con un trabajo de producción esplendoroso donde el detalle no ha sido para nada escatimado. 

El primer single del disco, 'Breaking of the sword', es una canción sobre la pérdida desde un punto de vista individual, pero, al mismo tiempo, busca en su lirismo una conexión universal."Me encargaron escribir esta pieza para la conmemoración de una batalla de la Primera Guerra Mundial en la que perecieron muchos soldados canadienses. Estaba buscando capturar el sentido universal de pérdida experimentado por las diferentes "familias" - familia de nacimiento, familia militar y comunidad - de donde provienen los soldados". Una mirada al pasado sin ira y desde la óptica de la comprensión que quizás solo se puede dar en un lugar como Canadá, moralmente engalanado por las políticas de Justin Trudeau y sostenido por un sistema económico envidiable, y que se ha convertido - sociológicamente hablando - uno de los mejores países del mundo para vivir. "Sí, ha sido un país maravilloso en el que crecer. La diversidad de grupos culturales ha resultado ser de una dimensión particularmente enriquecedora de la vida en Canadá, comenzando con nuestras primeras naciones y los pueblos indígenas que, tristemente, no siempre han sido bien tratados y que recién ahora estamos comenzando a apreciar verdaderamente. Pero también hay que decir que Canadá, tal y como lo conocemos ahora, se estableció a través de muchas oleadas de inmigración. Canadá es un país muy grande con una economía fuerte y ha sido relativamente fácil para nosotros poder recibir a muchas personas de todo el mundo", observa Loreena McKennitt, quien en su afán por anteponer los valores morales frente a la insidia turbo capitalista publicó un artículo de opinión recientemente en el Toronto Star, explicando las razones del porqué iba a dar de baja a su perfil oficial de Facebook, y a la que ha puesto fecha en el primer día de junio de 2018.

Musicalmente, el álbum se destaca por reunir diferentes influencias. Sin embargo, la premisa de Loreena McKennitt y los productores del disco era la de que todo confluyera con naturalidad, un "disco-río" donde los afluentes estuvieran bañados por formas culturales diversas, siempre dentro del ámbito del folk. "Sí, este fue un aspecto potencialmente desafiante ... dado que muchas canciones se originaron hace muchos años. Sin embargo, he tenido la suerte de que a medida que mi carrera se volvió más exitosa, pude darles a las canciones arreglos que probablemente no hubieran sido posibles hace 25 años". En este caso, resulta paradójico porque la mayoría de la músicas del mundo comienzan desde la raíz para agregar colores contemporáneos, y en el caso de Loreena McKennitt parte de lo universal para profundizar en las raíces de otras culturas. "Sí, siempre he estado muy interesada en lo que la historia tiene que enseñarnos y cómo hacer eso vigente en el presente. No solo desde el punto de vista musical, sino desde el punto de vista de las consideraciones sociológicas y políticas. La primera vez que me expuse a la música folclórica tradicional, fue imposible separar la música de su contexto social, económico y político", explica.

Loreena McKennitt.

Los instrumentos de cuerda tienen un gran papel en el colchón musical, desde la zanfona hasta el qanun, la lira o la guitarra flamenca. ¿Es el mejor recurso para transmitir cierto tipo de melancolía? "Creo que cada instrumento tiene una voz única para transmitir ciertos tipos de sentimientos, incluida la melancolía. A menudo hay asociaciones geográficas e históricas con estos instrumentos que también son importantes para pintar la imagen dentro de cada canción". E incluso parece que Loreena Mckennitt canta ahora como nunca. "Bueno, creo que yo no debería decirlo. Tengo la suerte de haber aprendido el cante clásico en los primeros tiempos de mi vida y de haber podido usar esa capacidad para ejecutar lo que estoy buscando en las diferentes canciones", argumenta. 

Las noches de la Alhambra, que ya prendieron la mecha de la inspiración en el disco en directo 'The nights of the Alhambra' también están presentes en canciones como 'Spanish guitars and nocturnal squares'. La vida nocturna española todavía guarda un magnetismo especial para la cantante. "Esta canción está fuertemente inspirada por mi primer viaje a Granada y la Alhambra en 1982. Nunca había visitado España antes de ese momento, me enamoré del paisaje, la historia y la estética de la ciudad".

A nivel literario, además de la sombra alargada de Keats y Yeats, destaca la influencia del libro 'A short history of progress' de Ronald Wright en la canción principal del álbum, 'Lost souls', que, además, cierra el disco. Es posible que en él haya encontrado una receta para aliviar el colapso social. "No soy una experta en este tipo de asuntos, pero creo que es necesario que haya un nuevo despertar mundial de lo que necesitamos como especie y cómo deberíamos estar mejor integrados en el mundo natural. Ronald Wright observa que nosotros, como especie, tenemos una tendencia a ponernos en trampas de progreso ... que tendemos a vernos a nosotros mismos separados del resto del mundo viviente, que es solo para nuestro uso y eliminación. Creo que hasta que esto cambie, estamos en una carrera de choques. Sin embargo, cada persona tiene la opción de tomar ciertas decisiones en sus propias vidas y no tiene que esperar a que los gobiernos impongan lo que tiene que hacerse. Esto se corresponde con mi creencia de que las democracias no prosperan como deportes de espectadores", comenta casi parafraseando a Bernie Sanders.

En definitiva, 'Lost souls' es un tratado de folk y humanismo plagado de detalles sonoros pero con una, a priori, muy complicada traslación al directo. Aunque para Loreena McKennitt, la puesta en escena en vivo guarda esencias distintas a la de la sala de grabación, en alto grado debido a cuestiones meramente logísticas. "Esto resultará un poco más difícil, ya que hay muchos tipos diferentes de instrumentos y los músicos que los tocan participan en los arreglos. Económicamente no es viable hacer una gira con todos. Esencialmente tengo que confiar en las grabaciones como el "documento" que representa la expresión más expansiva de la idea y el valor de una actuación es más relativo a poder ver y escuchar a algunos de nosotros en vivo", reflexiona antes de embarcarse en una próxima gira mundial que, a buen seguro, le traerá por Europa.