Fue hace casi un mes cuando Lugo vivió un atardecer estelar, propiciado por la actuación de Laura LaMontagne. En esta ocasión, la puesta de sol se traslada a ‘Os atardeceres de Gaiás’, donde el sábado 6 de julio Laura formará equipo con el cromático productor PicoAmperio en una velada, a las 21:00 horas en la Plaza Central del Gaiás, que se antoja la mar de inspiradora.
No es para menos, ante todas las pistas ofrecidas hasta el momento por el ciclón lucense: capaz de agitar el verbo de Allen Ginsberg con repiqueteo vocal granaino, pero también de alimentar el flow bajo métricas de cantiga.

Sus invenciones galopan de babor a estribor al son de un crucero musical por tierras cosidas bajo el loop que lo imbuye todo en su bucle tántrico. Mundos donde poetas del siglo XIII como Martín Códax se encuentran por la senda con las brumas ambient de Burial.
Los caminos se cruzan en un bordado sónico para el cual las tablas se han convertido en la prueba más fehaciente de su discurso mutante. Por ahora no hay formato discográfico que pueda reflejar el amor por la inquietud sin fin de una artista a la que, desde Atonal, vamos a seguir su estela en cada uno de sus pasos.
La ocasión lo merece: como los años bisiestos o los cometas que dicen "hola-adiós" a la Tierra. Un fenómeno que, desde el púlpito escénico del Gaiás promete seguir desconcertándonos con brebajes sónicos sin catalogación definible. Un cubo de Rubik, donde el orden es el caos de maridar flamenco, post-cantiga, ambient, hip hop, spoken word, aura india. Proceso lógico de autodescubrimiento para Laura y PicoAmperio, pero también para todos nosotros. De verdad, al que viva por zona compostelana y no asista le convido a una sesión en el psiquiatra. Prometido.