Julio Bustamante: "Aquellos discos reflejan una época de mucha libertad"

Julio Bustamante.

Siguiendo el rastro de la reciente reedición de 'Humitat relativa' (1979) de Pep Laguarda a cargo de La Casa Calba, una alineación estelar que ha conjuntado a tres de las discográficas independientes más fiables del Estado: Discos de Kirlian, la Fonoteca de Barcelona y Discos/Libros Walden de Madrid ha propiciado la remasterización, por vez primera desde su máster original, y consiguiente publicación en vinilo del primer disco de Julio Bustamante (Valencia, 1951), 'Cambrers', cuya edición original de 1981 ha sido respetada de cabo a rabo en lo que se refiere a su arte final. Tanto 'Humitat relativa' como 'Cambrers' son hijos de un mismo tiempo, a pesar de cierta diferencia cronológica en su publicación, y junto al seminal 'Brossa d’ahir' (1977) del tristemente fallecido Pep Laguarda, conforman el gran tríptico de la canción mediterránea, germen ineludible para lo que vino después. Es curioso, ya que las conexiones entre los tres trabajos resultan esclarecedoras: la relación artística y personal de Julio Bustamante con Remigi Palmero (ambos componentes de los efímeros y míticos In Fraganti) y, por otro lado, la idea de Pep Laguarda que hizo posible la portada de 'Cambrers', obra de Garri (miembro de la banda Tapinería).

Se trata de una conexión artística y personal que tal y como cuenta el propio Julio Bustamante viene definida por la singularidad de sus propuestas y el hálito de aire fresco que esto suponía para una sociedad inmersa en la incertidumbre ansiosa del cambio: "La gente siempre ha visto este disco algo muy peculiar, desde su publicación. Por mi parte, creo que se debe a que aquellos discos, ('Humitat relativa', 'Brossa d'ahir'...) reflejan una época de mucha libertad en la que había tiempo para hacer las cosas con calma y mucha camaradería". 'Cambrers' surgió en parte gracias a una suerte de micromecenazgo sustentado por amigos y allegados y el apoyo de la emblemático estudio Tabalet, fundado en 1977 por Lluís Miquel Campos, donde se registraron grabaciones del propio Bustamante, Remigi Palmero, All Tall o Seguridad Social, y que llegó a ser conocido como el "Abbey Road de la huerta valenciana"."Sin la colaboración de Tabalet, que puso a nuestra entera disposición su magnífico estudio en la huerta de Alboraia para grabar el disco de Remigi y el mío con toda la cobertura que hiciera falta, no hubiera sido lo mismo. Como tampoco la atmósfera de experimentación y creatividad general por parte de nuestros amigos del jazz-rock Pepe y Luis Dougan, su primo Lito Boricó y el guitarrista Juan Calvo". Unos hermanos Dougan que junto a Lito Boricó impulsaron el aroma a soul y sonidos afroamericanos de unas canciones tan, a priori, mediterráneas como 'Senyoreta X' o 'Estimada germana'. Un sonido que vio crecer su identidad inmerso en un ambiente de camaradería absolutamente propicio y que sólo hacía que impulsar el afán creativo de sus protagonistas. Un momento de responsabilidad lúdica y artística realmente envidiable. "También la gente del estudio se apuntó a esto, y sugirió puntuales intervenciones del piano y trombón en 'Estimada germana' (Alfonso Gimeno), o 'Jove Carolina' (Jesús Oriola) y de los saxofonistas Juan Ramón Barberá o Ernest Barrera en otros temas".

Todo ello, en una grabación que implicó varías cosas relevantes; primero, que Julio Bustamante abandonara la idea de componer exclusivamente para otros y decidiera poner su propia voz a las canciones de su puño y letra. Un punto de inflexión que daría pie a poder disfrutar eternamente de obras mayores como 'Cargo de mí' (1987) o  'Entusiastas' (1998). Y, por otro lado, tal y como explica el propio Julio, normalizar el uso del valenciano en la canción pop, más allá de la canción protesta y el folk. "Desde luego, uno de los motivos que nos unía a todos era normalizar la música pop en valenciano y, al mismo tiempo, tratar de hacer canciones con temáticas diferentes, sin prejuicios, basadas en sensaciones. No éramos los primeros, eso ayudó lo suyo, pero conseguimos nuestro propio estilo".

A nivel narrativo, el costumbrismo, lo anecdótico, los brochazos de cotidianidad o las reflexiones personales son los temas que sobrevuelan las canciones de 'Cambrers'. Es de suponer que las vivencias personales, la aproximación a nuevos usos estéticos y el paso de los años han implicado que el autor de discos más recientes como 'En el nombre del gato' (2014) o 'La misión del copiloto' haya virado en su manera de acercarse a la canción, aunque en esencia y tal y como reflexiona a continuación, el motor sigue siendo el mismo: "Supongo que las generaciones de músicos actuales lo que más reivindican de estos discos es precisamente esa manera de hacer las cosas, aparte de otras cuestiones. Por nuestra parte, esa manera de trabajar poco a poco, colaborando con otros músicos, muchas veces en plena naturaleza, es algo que aprendimos ya entonces".