Javier Colis y Juan Pérez Marina: "No puede haber calma sin electricidad"

Javier Colis (izquierda de la imagen) y Javier Pérez Marina (derecha).Duelo al Fender.

En 'Sangre Fácil', dos francotiradores se aventuran en un improvisado viaje por senderos cuyo paisaje alterna la placidez con los terrenos áridos, intentando trazar un ruta hacia territorios raramente visitados. Por supuesto que no estamos hablando de la película que en 1984 supuso el debut en el cine de los hermanos Joel y Ethan Coen, si no del disco que acaban de publicar Javier Colis y Juan Pérez Marina. Un trabajo armado con 21 canciones instrumentales que oscilan entre la electricidad más rugosa y la calma mediterránea. Una munición que, a partir de la improvisación y del registro en vivo y en directo, recoge influencias diversas que se convierten en disparos certeros. Sendas guitarras, pedales de efectos y una actitud intrépida que invitan a la invocación - a bote pronto - de nombres cómo Marc Ribot, Glenn Branca o Blixa Bargeld pero que también entroncan con otros proyectos contemporáneos estimulantes, capaces de transformar a los paisajes sonoros en catalizadores de lo evocador y - en ocasiones - de lo turbio, como los italianos Opez o el dúo suizo-ecuatoriano Los Hermanos Gutierrez.

¿Lo vuestro es jam o tiene más que ver con el jazz

Javier Colis: En este proyecto la improvisación es el eje pero siempre dentro del lenguaje del rock. Un rock experimental y súper contaminado e influido por otras músicas, eso sí.

Juan Pérez Marina: Efectivamente el punto de partida es siempre la improvisación, las ramificaciones que tiene este eje siempre son distintas y eso es lo que lo hace mucho más emocionante.

¿Sois los hermanos Coen del instrumental experimental? 

Javier Colis: No estaría mal. 'Sangre fácil' es el título de la primera peli de los Coen y de nuestro primer disco. Además esta experiencia nos ha hermanado mucho. Yo me apunto.

Juan Pérez Marina: De hecho, muchos de los pasajes sonoros del disco son muy cinemáticos. Aunque siempre he sido más de David Lynch. También en lo musical, además de una forma muy característica de tocar la guitarra, David Lynch tiene discos muy interesantes.

Portada de 'Sangre Fácil'

Supongo que con trayectorias paralelas y en ocasiones convergentes cómo la vuestra era inevitable que este disco cristalizara. ¿Se trata de una sangre difícil de borrar de cara al futuro? 

Javier Colis: En más de una ocasión habíamos hablado de la posibilidad de hacer algo pero sin concretar. Un día un amigo - Alberto del Viso - nos propuso, por su cuenta, organizarnos un concierto conjunto por el gusto de vernos tocar juntos. Aceptamos y esto derivó en este proyecto que ojalá dure mucho.

Juan Pérez Marina: Parecía que era algo que veía todo el mundo a nuestro alrededor salvo nosotros mismos. Por suerte Alberto nos empujó a hacerlo y el inesperado resultado ha sido este disco.

Más allá de lo cinematográfico del título, en él reside una dicotomía que quizás explique lo que viene dentro: experimentación guitarrera a borbotones pero de digestión asequible para el oyente medio. ¿Cómo lo veis?

Javier Colis: Aquí no sabría qué decir. A veces el público me asombra: unas veces para bien y otras para mal. Ojalá sea del gusto de mucha gente. 

Juan Pérez Marina: Cada vez soy me cuesta mas clasificar a lo que comúnmente se considera el oyente medio. Tampoco me parece justo para el público, lo que está claro es que hemos hecho un disco que nos define como músicos íntegros. 

Hay un par de bandas muy interesantes con las que compartís universo estético en la actualidad, los italianos Opez el dúo suizo-ecuatoriano Los Hermanos Gutierrez. En ambos subyace un componente muy latino, una pasión contenida. ¿Lo vuestro va por esos pagos? 

Javier Colis: No conozco estos grupos que mencionas: los buscaré. Nosotros hemos buscado expresarnos con libertad y disfrutando. Yo desde luego lo paso muy bien tocando con Juan y me encanta estar con todas las antenas puestas para ir haciendo lo que se me ocurre en cada momento aunque resulte extenuante. Lo que sí es cierto es que hubo un entendimiento, una comunión extraordinaria desde el primer instante. Juan es un guitarrista fabuloso que puede ser bestial un momento y altamente delicado en otro. Y con mucha imaginación siempre. Un absoluto placer tocar con él.

Juan Pérez Marina: También desconozco a los grupos a los que te refieres, pero tomo nota. En cuanto a las referencias, son muy numerosas y dispares. Todas aquellas que han hecho que se forje nuestro carácter con la guitarra como instrumento y a través de las cuales, quiero pensar que hemos encontrado nuestra voz. Por poner un ejemplo; cuando escucho la guitarra de Javier dentro de cualquier proyecto, enseguida sé que se trata de él. 

Además de los aires paisajistas, de esas fronteras imaginarias, también hay hueco para la toxicidad eléctrica. Ésta se manifiesta, entre otros cortes diseminados estratégicamente, en la turbia ‘Was ist das!’, que fluye entre la experimentación teutona y el ruido blanco neoyorkino. ¿Os interesaba explorar esas luces y sombras?

Javier Colis:  El resultado de las casi siete horas de grabación fue bastante heterogéneo. Creo que, en mayor o menor medida, salieron a la luz todas nuestras tendencias,  influencias y personalidades. La hora y diez minutos que seleccionamos para el disco en los 21 cortes que lo componen creo que reflejan bien esas características. Y aparte de esa diversidad creo conforma un estilo propio en el que caben auténticos exabruptos sonoros junto a momentos sedosos sin que se pierda la coherencia y la unidad.

Juan Pérez Marina: No puede haber calma sin electricidad. Considero que la dinámica en la música es importantísima. Esa canción que mencionas comienza con un pasaje muy tranquilo hasta que, al cabo de unos segundos, rompe con violencia.

Que estas improvisaciones tengan más que ver con el blues cubista o el rockandroll retorcido es constatable en temas cómo ‘Danza del dedo gordo’ o ‘No me gano el alma’. ¿O vosotros preferís huir de las etiquetas? 

Javier Colis: Las etiquetas suelen ser traicioneras y reduccionistas pero desde luego siento que lo que hemos hecho es más próximo a, cómo dices, un rock cubista que a cualquier otra cosa. Yo siempre he tendido a definir lo que hago como rock expresionista. Pero, claro, con eso puedes decir mucho o no decir absolutamente nada.

Juan Pérez Marina: Es complicado el asunto de los géneros y las etiquetas. Nunca he sido muy de citas pero en este sentido conviene recordar lo que decía Frank Zappa: “hablar de música es como bailar de arquitectura”.

¿Se trata de un cruce de caminos de dos estilos muy propios? 

Javier Colis: Sí, yo creo que ambos tenemos un estilo muy marcado y que ha confluido muy bien. Lo curioso del caso es que escuchando el disco a veces pienso ¿eso lo hizo Juan o lo hice yo? (ríe). Hubo mucha comunión.

Juan Pérez Marina: Javier tiene una voz muy reconocible e incluso a pesar de ello, hay momentos al escuchar determinadas canciones, que efectivamente no sabría decirte si lo que suena lo toca Javier o yo. Ambos nos sentimos cómodos expresándonos con un lenguaje similar. 

No voy a entrar en lo kamikaze que puede resultar el hecho de publicar un disco de 21 canciones sin letra, improvisadas y que llevan a derroteros generalmente inauditos…Pero, supongo que este disco es toda una carta al aire, una inversión a fondo perdido… 

Javier Colis: Como decía antes, nunca sabes por dónde va a salir el público. Yo creo que es un gran disco y estoy muy satisfecho y orgulloso del resultado. Con eso ya me vale pero además confío en que sea bien recibido por todos aquellos oyentes con curiosidad, sensibilidad y ganas de aventura que huyen de la música comercial prefabricada sin ningún atisbo de auténtica emoción.

Juan Pérez Marina: Desde luego no habríamos hecho algo que no nos hubiera emocionado al escucharlo. En cuanto al número de canciones, hemos dejado material fuera que ambos consideramos muy bueno, pero aún así nos hemos decidido por una hora y diez minutos de música que sorprendará al oyente. 

‘Es peligroso asomarse al interior’ pero vosotros al final lo hacéis. ¿De eso se trata todo esto?

Javier Colis: Sin riesgo, sin peligro, sin emociones fuertes, sin autenticidad ¿qué música queda? ¿qué vida queda?

Juan Pérez Marina: Desde que concebimos este proyecto decidimos huir de guiones preestablecidos y así es, el que no arriesga no gana.