Germán Carrascosa y La Alegría del Barrio: “Mi deje infeccioso viene de fábrica”

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Curtido en mil y un proyectos, músico hecho a sí mismo que lo da absolutamente todo en sus apariciones en directo y uno de los últimos representantes en nuestra escena de un estilo que combina la algarabía y la melodía del pop más dislocado con los riffs más venenosos además de una actitud rock and roll a prueba de bombas. Hablamos de Germán Carrascosa, elocuente y dicharachero esteta del underground quien regresa con un ‘Caballito EP’ (Caballito Records, 2019) junto a La Alegría del Barrio (esta vez con Txema Maraví a la batería y Verónica Eguaras a los coros y vientos) repleto de canciones que deslumbran desde una posición nada pretenciosa, y que agarran de la pechera a su oyente con la fuerza que otorgan los preceptos del rock más juguetón, los valses fronterizos y los trasuntos personales convertidos en emotivos y quebrados boleros.

Germán Carrascosa sigue emperrado en poner el foco en el lado dislocado de la vida y en la primera canción de tu nuevo ‘Caballito EP’, ‘El circo (mis cosas favoritas)’ lo haces invocando a los espíritus de Tom Waits y Marc Ribot, junto con saxos distorsionados y homenajes viciados a melodías imperecederas.

Eso es, que suene dislocado como la vida misma.  Como si  Julie Andrews hubiera cogido un fragmento  del 'Almuerzo desnudo' y lo hubiera cantado con la melodía de 'My favorite things'.   Como si  Albert Ayler hubiera podido soplar su saxofón cayendo al río.

Portada de 'Caballito EP'.


Lo que más sigue llamando la atención de tu sonido es la capacidad de aglutinar sonidos de procedencia diversa (siendo siempre satélites del pop y el rock) y aplicarles ese deje infeccioso tan marca de la casa. ¿Es por la tesitura vocal? ¿Por esas letras de salvaje honestidad?


Mi música está  dentro del ámbito de la música popular, considerando pop, rock and roll, jazz, rap, trap... músicas populares. Una de las características de la cultura popular es juntar elementos diversos y pasarlos por tu propio filtro. Supongo que el deje infeccioso que dices viene de fábrica. Respecto a la tesitura vocal, tengo  complejo por cantar así de mal, me encantaría tener una voz bonita y afinada pero como tengo que hacer música por cuestión de supervivencia me apaño con mis herramientas.

Dicho esto es inevitable pensar en outsiders del rock de aquí y allí como influencias imperecederas. Pienso en Nikki Sudden, Josetxo Ezponda, Johnny Thunders o Roberto C. Meyer. ¿Crees que de Nueva York a Pamplona siempre va haber un hueco para los que cantan al lado agreste de la vida?


Claro que esas figuras me han influenciado, sobre todo con las que conviví de cerca. Sí que diría que Pamplona ha dado siempre cobijo a un perfil musical freak, romántico y disfuncional en el sentido práctico de la música y de la vida, no sé si en otras ciudades de provincias es así. 

Entiendo que la ironía es un elemento fundamental para entender tu idiosincracia. ¿El humor, aunque sea velado, es esencial para que el mensaje cale mejor?
Sí, lo considero fundamental, siento que si no le doy una vuelta de tuerca a mi poesía puede sonar aburrido, como si te tomas demasiado en serio a tu propia persona. Para eso ya están Izal, Taburete y gran parte del indie nacional (ríe). 

Lios, lios, lios’ es una aleación singular entre el sonido jangle y el rock and roll sinuoso y velvetiano. Esta canción pide a gritos ser tocada en directo.


Parece que funciona bien en directo, sí. La gente baila mientras grita "líos, líos"... Gente liante y que se deja liar. 

Con un bagaje tan extenso y distinguido como el tuyo, aunque me temo significado por el poco rédito económico tal y como anda el asunto artístico por este país ¿Cómo ves la escena del pop contemporánea? ¿Los veteranos os véis arrinconados por los sonidos urbanos y el peso efímero de la tendencias o vivís en universos paralelos?


Son universos paralelos, por supuesto, no me siento arrinconado por estilos como el trap o derivados, de hecho son músicas que me gustan mucho tanto su lado artístico como su forma de hacer las cosas. La media de edad de su público es menor de 20 años, mientras que las dos o tres personas que escuchan mi música son mayores de 40, así que no me quitan público. Lo del poco rédito económico es un hecho, la verdad, pero nos las apañamos para que lo poco que hacemos tenga un mínimo de rentabilidad.

De la escena pop contemporánea escucho con devoción a La prima de riesgo, Jose Ignacio Martorell, Godino, Exnovios, Jambos, Kokoschca, Sagrados corazones,  los resquicios del sello Alehop! de Madrid o  pop-pulares como los Cubero y Lorena Alvarez, también  Atomizador y todo lo que haga Jose y su perro afeitado, JGG, Guay! y todo lo que salga de Nacho Ortiga. Sobre la “otra escena” pop de cabezas de cartel festivaleros con narices empolvadas, egos hinchados y reinas Leticias de público, prefiero no pronunciarme, no por prejuicios sociales sino porque la considero una música terriblemente mediocre y aburrida, sólo tolerada por público de Extremo Centro que va y viene del  WC a la zona VIP. 

Pamplona se ha convertido en un reducto asterixiano de buen pop y gran rock an droll (pienso en Exnovios, Los Jambos, Melenas, las cosas que hace Jaime Cristóbal…) con el bar Nébula como testigo incendiario. ¿Se trata de una escena encubierta?


Siempre ha sido un reducto para música conscientemente maldita, desde tiempos de Josetxo Ezponda, Roberto C Meyer o Mikel de Jugos Lixiviados hasta hoy. No sé si  es la ciudad la que llama a ello o es una fuerza irracional  de perpetuar  esas tradiciones por muy locas que sean.

Duerme amigo’ es una balada no exenta de emotividad. Supongo que esconde una historia detrás…


Es mi revisión de ‘Alfonsina y el mar’.

El pelo del perro’ tiene mucho de bourbon y taberna. ¿Es la canción de esta terna que mejor desmiente aquello de “la alegría del barrio”?


¿Te refieres a Bourbon por las Bestias del Bourbon? Los adoro desde niño, como buen pamplonica. La canción es oscura y luminosa a la vez, habla de una deshabituación tratándote con una miniporción de lo que te produce esa abstinencia, sea amor, droga, lo que se imagine cada cual. Una homeopatía de receta casera que puede hacer quien quiera en su casa. 

Con ‘El primo de la frontera’, que parece contextualizada en algún lugar de El Paso, juegas con el desaliño y la improvisación. Pareces como un Ry Cooder perdido en la noche pensando en notas de jazz.

Estaba intentando poner en práctica  mis escasísimos conocimientos de saxofón. Con lo de El Paso has dado en el clavo porque me inspiré mucho en fragmentos de ‘La muerte tenía un precio’ de Morricone. 

¿Escribes canciones para exorcizar demonios? ¿Para conocer gente nueva? ¿Para pagar las facturas?

¡Has dado en el clavo con las tres cosas, justo las razones por las que decidí invertir mi tiempo haciendo música!