"Torne al començ, ple de pena i de furia", rimaba Vicent Andrés Estellés en el poema "No he desitjat mai cap cos com el teu", modelando, casi sin pretenderlo, la renovación de la poesía mediterránea durante el siglo anterior. Pasado ya un tiempo, Maria Arnal y Marcel Bagés, recogen el testigo de esta obra del poeta de Burjassot y encaran una versión musicada de su texto, africanizada y llena de "groove" e intensidad, con la que se cierra el primer trabajo discográfico del dúo, el EP 'Remescles, acoples y melismes' (Autoeditado, 2015). Un disco que proyecta en sus 4 canciones, el afán de estos dos jóvenes catalanes por repensar y difundir las músicas tradicionales como un organismo vivo y de código abierto, renovando, casi sin pretenderlo, el cancionero popular y otorgándole una nueva perspectiva y, a tenor de los conciertos que han ofrecido recientemente (solos o en compañía de otros), un impacto inmediato e imperecedero. Maria con su voz de otros tiempos, capaz de atacar las canciones con delicadeza o modular la tormenta y el deseo y Marcel con su guitarra sónica, guiada por la intuición de saber que proyectándose junto a la voz de Maria va a encontrar el camino más efectivo y emocionante para su discurso. Como diría Estellés: "Deixa-ho anar. No et poses solemne." y por eso contactamos con Maria y Marcel para que nos expliquen, ellos mismos y al unísono, como el sencillo hecho de compartir estas canciones les da tantísimo gusto.
Vosotros mismos habéis producido 'Remescles, acoples i melismes EP' ¿Como surgió la posibilidad de registrar estas cuatro canciones?
Pues la verdad es que teníamos ganas. También tiempo y un poquito de dinero para grabar algunas de las canciones. La idea era la de fotografiar el momento en el que nos encontrábamos. Realmente no teníamos muy claro que quisiéramos hacer copias o distribuirlo. Nos pasaba que en los conciertos la gente nos pedía poder escuchar en casa lo que les había gustado del directo. Nos gustó cómo quedaron las canciones que grabamos y nos dimos cuenta de que nos apetecía compartirlas con la gente que nos rodea. Teníamos claro que queríamos que se pudiera descargar desde la red y que queríamos hacer poquitas copias. Y bueno, ¡ya no nos quedan!.
[pull_quote_left]No tenemos una visión arqueológica, de recuperar algo perdido, más bien se trata de querer dar una continuidad a algo que nos llega y nos gusta[/pull_quote_left]
El vuestro es un trabajo de búsqueda, de investigación en fonotecas digitales y que también recurre a las grabaciones de campo. ¿Cómo es el proceso creativo?
Las grabaciones de campo desde las que partimos llegaron mucho antes de saber que las íbamos a utilizar para cantar en este proyecto. Digamos que la investigación, lo era mucho antes de llamarla así. Luego cambiar letras, mezclar melodías y hacer nuestras remezclas, ha sido un hecho relativamente orgánico. Normalmente Maria recoge estos cantos y luego sumamos la guitarra de Marcel. No tenemos una visión arqueológica, de recuperar algo perdido, más bien se trata de querer dar una continuidad a algo que nos llega y nos gusta. Así vamos buscando, con la voz y la guitarra, hasta que encontramos algo que nos atrae. En realidad ninguna de las canciones que tocamos está cerrada y nunca las cantamos igual. Van creciendo a su ritmo, con los ensayos y los conciertos.
Eso de repensar la música folk y tradicional como músicas de codigo abierto está en sintonía con lo que están haciendo otros músicos de la península como El Niño De Elche, Silvia Perez Cruz, Pep Gimeno "El Botifarra" o el portugués Norberto Lobo ¿Creeis que hay un interés creciente en nuevas generaciones de músicos por indagar en las músicas populares de antaño para devolverlas al presente con frescura o se trata de casos aislados?
Bueno, recoger músicas tradicionales y darle una visión propia es algo que siempre se ha hecho. Ese interés siempre ha estado ahí. De alguna manera todo es relectura. Sí es cierto que hay ciertas músicas tradicionales de nuestro territorio que se han quedado tal cual estaban hace años y hay músicos revisionando este material de una forma más contemporánea, pero no creo ni que sea algo nuevo ni que haya un interés creciente en esta dirección. Nos encantan los artistas que mencionas, pero sus acercamientos a la música son tan distintos que no nos atreveríamos a hablar de una escena o algo parecido.

Vuestra propuesta tiene un punto conceptual y hasta en cierta manera, político. ¿Se trata de utilizar la red (internet) para poder relacionarse con la cultura sin intermediarios?
Se trata de generar vínculos, de juntarnos. Ya sea a través de internet como a través de otras herramientas y espacios, como la calle. Ese es uno de los puntos de partida. Nosotros entendemos que toda música y expresión es política, porque no es ajena a un momento y espacio determinados y se enmarca en un complejo de relaciones y discursos que nos atraviesan cotidianamente. También entendemos la música que hacemos como un bien común. ¿Cómo, si no, acercarnos a las músicas de tradición oral? ¿Músicas de autoría colectiva? Nuestro proyecto nace muy influenciado por el discurso del colectivo Compartir Dóna Gustet , enfocado a la cultura libre y de transmisión directa. En la música que hacemos intentamos generar esa proximidad que puede hacernos útiles.
¿Creéis que internet ha democratizado y liberalizado el acceso a toda esa cultura o pensáis que poco a poco se irán inventando nuevos mecanismos de control?
Bueno, internet ha sido una herramienta que ha cambiado radicalmente nuestras realidades. Como dice la activista Simona Levi, internet es una etapa histórica. Pero esos mecanismos de control virtuales, como los que existen en nuestras cotidianidades, hace rato que andan por las redes. Y por supuesto que se irán inventando más y más. Pero también hay mucha gente y colectivos luchando para no perder esas libertades digitales que internet puede ofrecer, el acceso directo a conocimiento, la libre circulación de la información, hasta las canciones que cantaban nuestros bisabuelos y las fonotecas que las contienen.


¿Es 'Compartir dóna gustet' el instrumento perfecto para la transmisión de la cultura popular libre? ¿Podéis explicarnos un poco como trabajáis en este proyecto?
¡Eso es un súper título!(risas)…Más bien "Compartir Dóna Gustet" es un colectivo por el que han pasado muchos amigos. Es una familia y herramienta desde la que trabajar y apoyarse. Un punto de partida hacia los caminos de cada uno. Nosotros llegamos allí a partir de nuestras búsquedas. Y siempre hemos querido conectar la música que hacíamos con el colectivo, porque ha sido un apoyo fundamental para el arranque, la continuación y el crecimiento de nuestro proyecto. Y claro, porque nuestra manera de entender la música y la tradición es la misma.
[pull_quote_right]Toda música y expresión es política, porque no es ajena a un momento y espacio determinados y se enmarca en un complejo de relaciones y discursos que nos atraviesan cotidianamente[/pull_quote_right]
El primer corte del EP "Polifonía CDG" es una canción corta, polifónica (dos voces superpuestas que forman un todo armónico) y parece una oda a la amistad con la guitarra creando una atmósfera determinada. ¿Un canto a la vida y al acto de compartir?
Exactamente. Queríamos hacer una introducción que se acercara al sonido y contenido de las tres canciones que siguen a la Polifonía.
En 'Cant de batre' rendís homenaje a aquellas canciones que se cantaban durante una de las faenas agrícolas más duras que han existido. La letra redunda en la amistad, en el concepto de comunidad y la guitarra se endurece hasta el éxtasis final que enlaza con una canción en castellano sobre el amor. ¿Es fundamental para vosotros encontrar el clima adecuado para que la canción llegue al oyente con la mayor transparencia comunicativa posible?
Sí, de alguna manera intentamos estar al servicio de la canción, como si fuéramos tres siempre. En este caso, son dos cants de batre, de zonas muy cercanas. Juntamos los dos porque tienen una pulsión similar. Y las dos letras nos parecen preciosas. Con la guitarra buscamos un riff que recogiera, como una forma de memoria, esa repetición del cuerpo cuando trabaja. Y que desde allí, desde esa repetición, te llevara hasta otro lugar, ir subiendo hasta encontrar el precipicio, desde donde la voz canta en caída libre. Algo así nos imaginamos…(risas). La máxima es tocar lo que el tema necesite y que los dos instrumentos aporten sin caer(nos) en la autocomplacencia. Esa es la intención, vaya…
'Ball del vetlatori' es la canción que habla del duelo y suena como un vals adormecido por los melismas de la voz de Maria. ¿Cantar alivia el duelo y la tristeza?
Quien canta sus males espanta. Cantar ahuyenta los males, claro está. Y cantar juntos, más. No estamos acostumbrados a expresar el dolor y menos a vivirlo en comunidad. Y eso nos hace más frágiles y vulnerables.
[pull_quote_left]Cantar ahuyenta los males, claro está. Y cantar juntos, más[/pull_quote_left]
En el último corte del EP, 'No he desitjat mai cap cos com el teu', canción de deseo (y odio), que adapta el poema del mismo nombre de Vicent Andrés Estellés, la guitarra aporta un aire africanizado, como de música del desierto de Mali, pero termina furiosa y "rockandrollizada". ¿El poder que otorga la música popular es el de ser capaz de mezclar libremente estilos y que el resultado no desentone?
Sí, aquí la letra nos pedía encontrar un flow que atrapara, como el deseo, pero también una estridencia, una urgencia, siempre dentro de la repetición. Así fue como vino la primera parte de la canción y... después la siguiente. Teníamos claro que queríamos que el último verso del poema "A mamar tots els versos!" tenía que aparecer casi como necesario para cortar la intensidad de la canción. Como una queja y un alivio. A la vez. Este tema ha ido cambiando a lo largo de los últimos meses, pero realmente no mucho. Es decir, salió bastante claro desde el principio. La libertad para mezclar libremente vino sola, por decirlo de alguna manera. Así que no podía desentonar. En este caso, porque era un poema que musicamos nosotros. En el caso de las canciones que provienen de las grabaciones de campo, la libertad para remezclarlas la encontramos en la idea de que las queremos útiles, cercanas, vivas. Al fin y al cabo parte del interés en estas canciones viene – no sólo por su belleza – sino por cómo nos interpelan y por la manera de relacionarse con la música que suponen. Por su cotidianidad, su carácter colectivo y por el hecho de que eran/son canciones abiertas, vivas, intervenibles, muy alejadas de la idea estática (auténtica o esencial) con la que nos llegan a veces a nosotros.
¿Cómo tenéis pensado dar continuidad a este proyecto?
Ahora estamos preparando un nuevo EP, tenemos conciertos a la vista que nos apetece mucho que lleguen y estamos haciendo más canciones. Y muy bien acompañados. Así que la mar de contentos.