Fantasmamidi: "Cualquier artista independiente es sensible a lo que sucede delante de sus ojos"

Borja Martínez Cebrián, Pedro Bayona y Carmen Espín son Fantasmamidi.

Fantasmamidi es un power-trio castizo que surge del encuentro casi casual entre Borja Martínez Cebrián (autor de las letras y las músicas y con quien charlamos en esta entrevista), Carmen Espín (bajo, guitarra, sintetizadores) y Pedro Bayona (teclados). Un combo que maneja sonidos urgentes y desacomplejados con los que armar las canciones de su disco homónimo de debut, editado por Discos de Kirlian. Un trabajo tallado a toda velocidad y que apenas da respiro entre sus guitarras afiladas y teclados enérgicos e inspiradores predispuestos para retrotraer a una edad de oro del pop en castellano que comandaban bandas como Siniestro Total, Ilegales, Derribos Arias, Golpes Bajos o Parálisis Permanente. Pero, más allá del ejercicio nostálgico, lo que despliega Fantasmamidi parte, más bien, de la reivindicación de un estilo crudo y fresco con el que esbozar retratos tragicómicos en aguafuerte de las muescas de una sociedad abollada.

¿Podríamos decir que las canciones de Fantasmamidi corresponden a la faceta más extrovertida de Borja Martínez Cebrián?

Si extrovertida quiere decir comunicativa puede que sí. Las letras de este disco son como apuntes rápidos y fugaces, ideas febriles, ironía, como una charla entre colegas de la que siempre sacas algo interesante.

¿Cómo reclutaste a Carmen Espín y Pedro Bayona para el proyecto?

Conocía a Pedro Bayona porque es amigo de mi pareja, ahora además de ser también mi amigo, es el teclista del grupo, y es muy divertido tocar con él. A su vez, Pedro conocía a Carmen Espín, que forma parte del mítico grupo de Bullas, Iluminados. Carmen aporta una profesionalidad y tranquilidad que yo valoro mucho.

De la canción popular con revestimiento electrónico de Nubero al pop casi punk de Fantasmamidi. ¿Los heterónimos artísticos sirven para experimentar con los estilos evitando que el público se cuestione: "¿Por qué hace esto ahora si antes hacía lo otro"?

Suelo firmar mis proyectos artísticos ya sean musicales o plásticos, con diferentes nombres dependiendo del enfoque o planteamiento. Hoy día podemos coquetear con unos y otros géneros, retorcerlos y volver una y otra vez a ellos, sin perder la personalidad mientas nos divertimos haciendo música, al menos ese es mi caso.

Portada de 'Fantasmamidi'

Estas canciones también son la constatación de que se pueden musicar letras sobre situaciones urbanas sin necesidad de hacer trap o rap. Lo digo por canciones como 'Mortal' o 'Conventos y afterhours'.

Bueno, la historia de la música popular desde sus inicios habla sobre situaciones que acontecen en la calle, el folk más primitivo o el flamenco es buen ejemplo de ello. Escucho trap y me parece que está cercano en su actitud a los inicios del punk, en el enfoque y hasta en sus letras. En mi opinión, cualquier artista independiente, al margen del género que practique, es sensible a lo que sucede delante de sus ojos, en su barrio, su ciudad.

Hay una clara orientación hacia el baile en gran parte de los temas y el disco pasa como un rayo. ¿Una forma de llamar la atención más efectiva?

Bueno no, no es una llamada de atención, es simplemente una actitud, una apuesta estilística cercana a grupos clásicos de los 80, que aceleraban los bpm (beats per minute (pulsos por minuto)) de sus baterías mientras te contaban una pequeña historia.

Los teclados aportan un color muy pop al deje chulesco de las guitarras y la sección rítmica. Un contraste que siempre es muy apetecible y pegadizo, ¿no?

Sí, siempre que compongo canciones pop suelo redondear la melodía con teclados coloridos, creo que aportan un toque alegre en contrapunto con algunas letras del disco que son ásperas y afiladas.

La forma de cantar es muy ochentera, en algunos casos con un deje a lo Jorge Martínez (Ilegales) en otros apuntando directamente al punk casi siniestro (Décima Víctima)  o Parálisis Permanente en el horizonte).¿Pretendíais recuperar cierto sonido con estas canciones? ¿Algún tipo de homenaje?

De estos grupos que nombras sólo he escuchado, y no mucho la verdad, a Parálisis Permanente. Mis influencias castizas de los 80 van más por Derribos Arias o Golpes Bajos, aunque mi forma de cantar cuando compongo canciones pop la fui puliendo antes de conocer a estos grupos. En Ozores ya cantaba y componía de esta forma. Mis influencias han sido casi siempre anglosajonas: Television Personalities, Pulp...

Las letras son directamente epatantes, llenas de ingenio e imágenes en ocasiones surrealistas ('Delicias de mar' me recuerda a El Niño Gusano) y mucho sentido del humor (como en ese "pinchadiscos de provincias" en 'De estrellas y neones'). ¿Cómo surgieron?

Surgen de forma muy natural, de situaciones que me rodean y que luego acabo pasando por mi filtro, me gusta crear imágenes y símbolos potentes que rocen lo absurdo.

Es un disco que tanto puede gustar a nostálgicos de la edad de oro del pop en castellano como de público ávido de rodajas frescas. ¿Esta opción de mercado la contemplaste entre tus premisas a la hora de grabar el disco?

No, aunque ahora que lo dices creo que el disco está llegando a más gente de la que podía imaginar.

Suele ser muy pretencioso afirmar que un disco guarda un mensaje que comunicar al público como lección que debe ser aprendida, pero con canciones como 'Persona' haces un retrato en sepia de cierta necrosis contemporánea. ¿No es así?

Sí, hay varias canciones que giran entorno a ciertos hábitos que están necrosando una parte de la sociedad y que casi todos asumimos con normalidad volviendo una y otra vez a ellos. No hay un mensaje aleccionador en este disco, pero sí cierta tristeza por según qué hechos. Pienso que la capacidad para disfrazar hechos melancólicos o dramáticos con melodías brillantes es un recurso que se me da bien.

Supongo que en los directos habrá espacio para el pogo y el desbarre. ¿O lo tendréis todo muy calculado?

Estamos ensayando bastante, siempre hay un margen para la improvisación y el punk. De momento debutamos el 30 de junio en la Cuarta Bombilla celebrada en el Ocio, un bar mítico de la escena underground murciana junto a otras bandas muy marcianas.