Conciertos por toda Italia, colaboraciones con artistas de renombre como Jovanotti o Shantel, la composición del himno del Giro 2020 e incluso el papel protagónico en el documental 'Punk da balera' dirigido por Elisabetta Sgarbi y ganador del Premio SIAE Talento Creativo en la pasada edición del Festival de Venecia, es parte de lo que le ha sucedido a Extraliscio entre la publicación de su primer trabajo, 'Canzoni di ballo' (2016) y el recién salido del horno 'Punk da Balera' (2020). Todo un caudal de energía positiva que el combo liderado por el productor, músico y compositor Mirco Mariani, el cantante Mauro Ferrara y el clarinetista Moreno 'Il Biondo' Conficconi ha canalizado con sabiduría para ofrecer un nuevo disco repleto de gemas que relucen tras la alegre colisión entre la música popular italiana - el liscio de la Romagna para más señas - y el pop galáctico fermentado por Mariani desde su Labotron.

Una nueva entrega, que sirve de refrendo sonoro al documental de Sgarbi y de la que ya teníamos varias pistas en formato de single, algunas de hace ya casi dos años, como la sacudida bailable de 'Scarpa Grigia', cantada por la veterana Roberta Cappelletti (quien también repite en la fabulosa 'Casseta Mia') y aquí remezclada con brío entre latino y balcánico por Shantel, el surf marciano con ribetes de polka de 'Onda de Mar' - puerta de entrada al universo del 'Punk da balera' - o el jolgorio orquestado de 'Merendine blu', dónde comparten viandas y viajes por el tiempo con la popularísima Orietta Berti y el cantante de Lo Stato Soziale, Lodo Guenzi.
Un disco que es, ante todo, un festín, una celebración de la música popular en toda su extensión y que cuenta con la participación de numerosos invitados ahora ya satélites indispensables de esta orquesta de baile del futuro, pero que además resulta adictivo y revitalizante por esa inclusión de teclados marcianos, guitarras distorsionadas o trompetas tratadas. Una solución sonora que emparenta a estos boloñeses tanto con la canzone más emotiva como con el universo singular del mejor Pascal Comelade. Dejando de lado ciertos experimentos y alguna que otra incursión en el drama social de su primer disco que quizás le restaba cierta cohesión, esa ecuación se refleja ahora en canciones como la sugestiva 'Amico Sole', con Mauro Ferrara haciendo gala de su popular garganta prodigiosa o esa barbaridad que es 'Karolinka', donde el punk de juguete y la música balcánica vibran de la mano de los mejores vientos mediterráneos.
Música para bailar, abrazar y cantar a pecho descubierto con un pie moviéndose en lo popular - ahí está el cierre con 'Tradizioni' y el homenaje a la 'Liscia Napoletana' - y el resto del cuerpo viajando a un futuro ("oh signor portafortuna") que, no tengan la más mínima duda, seguro irá a mejor.