Elena Setién: "Contar una historia con un disco es una necesidad"

Foto: Pablo Axpe

Ya lo comentó Rafael Berrio, "Copenhague se queda sin una gran artista. San Sebastián gana una gran artista. Tanto mejor para nosotros", y así es: Elena Setién ha regresado a su Donosti natal tras un periplo de casi 20 años, en el que ha vivido en ciudades como Barcelona, Londres o la capital danesa. Durante este tiempo, además de coleccionar experiencias, ha podido forjar una carrera musical que ha transitado entre la pulsión experimental, como la que plasmó en su proyecto a dúo con Johanna Borchert, Little Red Suitcase y el clasicismo evocador de las canciones de su primer álbum en solitario, 'Twelve Sisters' (ILK Music, 2013). La donostiarra no ha vuelto sola, llega acompañada de un nuevo disco, 'Dreaming of earthly things' (EnJa/Yellowbird, 2016), cuyas doce inspiradísimas composiciones deberían servir de inmejorable carta de presentación para futuros seguidores. Aún así, el hecho de recibir palabras de aliento de padrinos con el carisma artístico del autor de '1971', siempre es de agradecer, tal y como la propia Elena nos cuenta: "Pues sí, la verdad es que me siento muy afortunada porque habiendo estado fuera de casa diecinueve años, la vuelta está siendo francamente buena y rápidamente estoy conectando con compañeros de batalla como el gran Rafa Berrio".

Elena Setién se ha movido como pez en el agua entre el espectro más experimental de la música - no en vano fue reclamada por Fred Frith, en su época con Little Red Suitcase para actuar en The Stone, el espacio del East Village neoyorkino dedicado a la vanguardia y dirigido artísticamente por John Zorn - y las trazas más accesibles que, por ejemplo, aparecen en las canciones de 'Twelve Sisters'. En aquel primer disco, las canciones sonaban más clásicas, limpias, y en un tono mayor, sin embargo en 'Dreaming of earthly things', hay espacio para los claroscuros, pero sin perder de vista la belleza de los detalles. "Si. En Twelve Sisters la producción la pensamos más hacia una dirección más clásica con instrumentación "en regla": guitarra, piano, bajo, bateria y cuerdas como colchón para la voz. En el nuevo álbum, hay más espacio, más aire, y la voz es casi un instrumento más, con reverbs grandes y mucho espacio para explayarse". Una voz, la de Elena Setién, con una tesitura tan amplia, que podría atacar cualquier género sin inmutarse. No en vano obtuvo varias nominaciones en la modalidad vocal de los premios Grammy del jazz danés. Aún así, en el caso de 'Dreaming of earthly things', los imaginativos recursos de los arreglos, como el fantástico teclado nebuloso de 'Dream and nightmare', también tienen un espacio privilegiado en el resultado final. "Sí, los arreglos tienen un espacio privilegiado en el resultado final y surgen en gran parte, de la fascinación por el Wurlitzer que he compartido con Mikel Azpiroz en la co-producción del disco. Hemos trabajado dándole un protagonismo extremo y fijándonos en su rango de posibilidades sonoras", observa.

En estos tiempos en los que, quizás por pereza, el periodismo cultural suele ponerle etiquetas a todo, resulta un hallazgo encontrar canciones como las de 'Dreaming of earthly things', ya que no se pueden asociar fácilmente a un género exclusivo y determinado, aunque en todas ellas podamos percibir un marchamo que las emparenta sin remisión. "Me gusta que digas que las canciones están emparentadas. Más que una preocupación era un ideal, una visión... el no llegar a ese ideal puede generar preocupación, pero la cuestión es ir buscando y siguiendo el camino que el propio proceso va marcando". El hecho de utilizar la voz como elemento introductorio en algunas canciones, también tiene su punto de descubrimiento, como en el caso de 'Rosildo' o 'Strange Bird. Permitirse el lujo de introducir detalles particulares en un formato de canción clásica puede ayudar a no perder de vista la contemporaneidad. "Puede que sí, a mi me llama la idea de despojar a la canción de todo menos la canción. Si que puede ser una conexión con lo contemporáneo. En este momento hay un movimiento que tiende hacia una vuelta a lo natural, lo más íntimo o casi contemplativo a la hora de escribir y producir canciones", incide.

Un músico norteamericano que tiene una particular historia de amor con San Sebastian, Rey Villalobos, ya que ha publicado los tres discos de su proyecto House of Wolves en ediciones maravillosas con el - tristemente a punto de desaparecer - sello donostiarra Moonpalace Records, nos comentaba en otra entrevista que "para ser atemporal solo basta con ser honesto". Al tratarse, en el caso de Elena Setién como en el de Rey Villalobos, de un tipo de canción que está atravesada por el tiempo, es probable que la honestidad sea el ingrediente primordial con el que cocina su música. "Curiosamente justo antes de hacer esta entrevista contigo, he leído la entrevista con Rey Villalobos y me ha gustado mucho. Me he sentido identificada por lo de ser honesto. Estoy totalmente de acuerdo", admite. Al escuchar muchas de las canciones de 'Dreaming of earthly things', como por ejemplo 'A foreigner like me', se dibuja en el aire una imagen recurrente, la de un blues cantado sobre un manto de nieve. Como si las canciones de Elena Setién vinieran del frío en busca de calor, "¡Que imagen!", exclama. "Vivir en la capital danesa durante trece años me ha marcado: en una sociedad con un clima duro aprendes a buscar el calor, sí. Pero creo que sin ese frío, no hubiera aprendido a apreciarlo", observa.

Foto: Pablo Axpe

La vanguardia es parte inevitable de su bagaje y por supuesto, también está presente en este último trabajo, sin arrastrar a la canción hacia lo decididamente experimental, pero sí fraguando sutiles juegos instrumentales como en 'Pretty sharks', "Sí, la vanguardia buena me transporta y es parte de mi bagaje musical. Como Rey Villalobos, creci tocando Debussy...".

A su vez, el sueño es un concepto recurrente a lo largo del álbum, desde el título del disco y el corte con el mismo título, 'Dreaming of earthly things', que aparece hacia el final del tracklist, hasta la canción 'Dream and nightmare', que al comienzo del álbum evoca el aroma de 'Innocent when you dream' de Tom Waits, aquella tonada que tanto emocionó a Paul Auster y Wayne Wang en su momento. Así que parece que a nivel lírico es un disco hecho para soñar despierto. "Espero que sí. Soñar despierto y darse cuenta de cosas sutiles, pero que a la larga sigan teniendo resonancia", asiente.

El disco termina donde todo empezó, 'Back To Where You Started', y de repente toda una vía láctea aparece en el horizonte, la expansiva 'Milkyway'. Los discos también cuentan historias, con sus comienzos, paradas, finales y vueltas a empezar. "Sin duda alguna: para mí, contar una historia con un disco es una necesidad. Darle forma a este disco fue un trabajo de escuchar, una y otra vez, cantidad de posibles combinaciones de las canciones y esta última es la que más tranquila me dejaba después de escucharlo". Hagan caso a Rafael Berrio, no dejen pasar de largo las historias cantadas por Elena Setién.