El Maestro y Margarita: "Nos causaría perplejidad que nos etiquetasen fácilmente"

El dúo madrileño nos habla de las canciones de 'Tempus Fugit'

Jesús Fernández y Margarita Tremblay el Maestro y Margarita. Foto: César Abanades

Cómo una ventana abierta a un universo doméstico y privado, 'Tempus Fugit' (2020) aparece como la continuación de 'Hypnos' (Discos Belamarh, 2015). Una segunda pieza de coleccionista (en formato corto, publicada con mimo) de un proyecto que comparten de manera emocional y artística Margarita Tremblay y Jesús Fernández. Un dúo madrileño que absorbe influencias de diverso sesgo, tantos musicales como literarias o cinematográficas, y las traducen en una cartografía íntima y emocionante, envuelta en el papel celofán de los arreglos barrocos y la melodía contenida. Todo un bálsamo, con relieve y fondo, para tiempos inciertos.

Homenajeáis a Bulgákov en el nombre del proyecto, aparece el gato Beguemot (personaje de ‘El maestro y margarita’) o  referencias veladas al Allan Poe de ‘Un descenso al Maelström’, supongo que algún que otro detalle literario por ahí dispuesto a ser descubierto…¿Podríamos decir que sois un dúo de pop letrado?

Jesús: Aparte de las referencias que comentas, 'Investigaciones de un gato' (otra de las canciones) es, en el título, un guiño al relato 'Investigaciones de un perro' de Kafka, aunque luego la letra vaya por otros derroteros. La referencias literarias son mayoritarias en 'Tempus Fugit', y no necesariamente porque nos bautizáramos con el nombre de una famosa novela, sino porque en este caso se ha dado así. De la misma manera que nuestro primer ep, 'Hypnos' giraba temáticamente en torno al sueño, o que por ejemplo en mi grupo anterior, Sector de Agitadas, hiciéramos un ep con muchas referencias cinematográficas, en 'Tempus Fugit', que funciona también alrededor del tiempo -como medida y como fenómeno metereológico-, ha primado lo específicamente literario. Somos un dúo de pop letrado en la medida que somos lectores asiduos, pero también somos melómanos o cinéfilos, con lo que en futuras composiciones se pueden dar cualquiera de esas tendencias. Procuramos armar un cierto concepto que muchas veces se da por mera intuición -en este caso porque a través de las (re)lecturas han llegado mayormente las ideas para las canciones que se estaban cocinando-, pero intentamos que no sea un concepto cerrado en plan pretencioso. Solo lo vamos orientando para dar con un título genérico que case bien con el conjunto de las canciones incluidas. Pero estas tienen vida propia y funcionan independientemente.

De todas formas es música íntima, bien arreglada y cuya literatura mira hacia el interior. ¿Ideal para un confinamiento?

Jesús: A mí siempre me ha interesado escribir más un cierto tipo de letra que trate de mirar hacia adentro, buscando a propósito cierta ambigüedad para que cada oyente saque su propia interpretación y fantasee con una hipotética conclusión. De todas formas el tono de los textos lo da casi siempre la propia música, lo que va sugiriendo el diseño de los acordes junto con los arreglos, el tempo, etc. No sé si es ideal para un confinamiento como en el que estamos inmersos: nos conformamos con que las circunstancias sean proclives a ganar oyentes ahora que muchos pasamos más tiempo en el hogar y así prestar más atención a proyectos ocultos como el nuestro.

Portada de 'Tempus Fugit'

En canciones como ‘Tour de Force’ , ‘Maelstrom’ o ‘Nubes del desierto’ late ese espíritu neoclásico que recuerda a la manera en que se acerca al pop gente como Rodrigo Leâo. ¿Es un referente o los tiros van por otro lado?

Jesús: Entiendo lo que quieres decir pero, sinceramente, Rodrigo Leâo no está en principio entre nuestras referencias, más que nada porque yo al menos no lo conozco demasiado, pero sí que puede haber connotaciones en el empleo de cierta instrumentación aplicada al formato pop. Nunca buscamos sonar a alguien o algo muy en concreto. Algunos amigos o conocidos nos suelen relacionar más bien -imagino que por cantar en castellano- con grupos españoles que, de alguna manera, también se han valido del clasicismo para vestir sus piezas: gente como Esclarecidos o Le Mans. Pero para nosotros el abanico es más grande, y también entrarían Cohen, Joâo Gilberto, Nick Drake, Simon Bookish o Low, por ejemplo.

Margarita: Cohen, Gilberto, Drake y Low, sí. Simon Bookish no lo conozco. Musicalmente me gusta pensar en el barroquismo de algunas canciones de Owen Pallett, los punteos de cuerda y voz de algunas canciones de Mary Timony, las bases machaconas de un Phillip Glass. O, como un amigo nos comentaba, por ejemplo, el melodrama a lo Echo and the Bunnymen que se puede escuchar en 'Maelstrom'. Hay de todo ahí dentro. 

¿Fantaseáis alguna vez cómo sería sonar grabando en un gran estudio, con toda una orquesta a vuestra disposición? ¿O bien creéis que para que ese halo íntimo no se pierda hay que jugar con los recursos que puede ofrecer cierta tecnología?

Margarita: Pues si te soy honesta, creo que tener músicos ‘de verdad’ delante me intimidaría tanto que me costaría horrores trabajar con ello.  Mi formación musical es prácticamente nula: ante un músico profesional no sabría ni cómo expresar lo que quiero hacer. La intimidad y la soledad de ponerme unos cascos y encender el ordenador me dan vía libre para sumergirme en el sonido y probar las cosas de un millón de maneras, hasta escuchar lo que a mí me complace. A la hora de componer nunca me abstendría de todos los recursos y libertad que me ofrece la tecnología. Ahora bien: si alguien me ofreciera trasladar todo lo que hago a directo, con instrumentos reales en vez de digitales, daría saltos de alegría. 

Jesús: Está claro que con mucha pasta delante, grandes medios y un productor de campanillas a uno se le puede disparar la imaginación, pero creo que Margarita solventa con muchísimo talento el hecho de estar grabando todo lo que oyes desde casa. Aunque 'Tempus Fugit' sea ‘living room pop’ parece hecho en un estudio. Eso sí: sin perder esa frescura que da el hacerlo de manera amateur y que, en efecto, te hace sonar a la vez recogido, pero consiguiendo no sonar ni cutres ni casuales. Nos damos tiempo -nunca mejor dicho- para pensar las cosas bien dentro de nuestras posibilidades.

Parece que el formato corto (en este caso el EP) va como anillo al dedo a vuestra propuesta. ¿No os fiáis demasiado del long play en tiempos de streaming?

Jesús: Somos tirando a lentos a la hora de componer y no es nuestra intención hacernos una carrera convencional, porque nunca ha sido pretensión el intentar profesionalizarnos. Aparte de eso, creo que el formato EP de cinco ó seis canciones es el ideal en estos tiempos de escuchas veloces y oferta cuasi infinita. Te da una idea bastante aproximada de por dónde van los tiros respecto a un artista, pero sin agobiar: por una parte no son una o dos canciones que te pueden dejar a medias y por la otra tampoco es el álbum habitual, porque la mayor parte de los oyentes actuales, reconozcámoslo, ya no tienen la paciencia de antaño para aguantar de cuarenta minutos a una hora de concentración de una “obra”·. Son muchísimos los estímulos que tiene el consumidor de hoy en día, innumerables propuestas, con lo que no extraña que formatos como el EP o la típica playlist (el recopilatorio de toda la vida, vaya) sea lo que domine ahora. De paso, es una vuelta involuntaria -pero de agradecer- a épocas más inmediatas y menos presuntuosas como los primeros sesenta o los últimos setenta. ¡Vivan los formatos cortos (y bonitos)!.

Margarita: Personalmente, jamás he sido una persona de discos enteros. Nunca he tenido la paciencia de escuchar un disco de principio a fin a la que hace referencia Jesús. Así que el formato, cuanto más corto, más me encaja. Si por mí fuera, lanzaríamos canciones sueltas y ni las uniríamos en un concepto tan trabajado, pero Jesús es capaz de encauzar mi caos en un orden bien hilado y meditado. Sin él, no habría ni EP. Quién sabe si canciones terminadas. 

Margarita y Jesús. Literatura y Tormenta. Foto: Calibre 183

En vuestro anterior disco ‘Hypnos’, especialmente en canciones como ‘Si no fuera’ aparecen esbozos de aquello que Fernando Márquez llamó “la tercer vía del pop en castellano”, con Vainica Doble o Cecilia como cabezas visibles. ¿Vosotros os sentís parte de algún tipo de escena? 

Jesús: Está bien que cites a Vainica Doble o Cecilia porque con las primeras yo creo que Margarita tiene ciertas similitudes vocales, y porque en el primer EP la canción que citas - mi favorita, 'Si no fuera'- que se titula casi igual que una de Evangelina Sobredo, aunque respecto a esto último sí que tengo que decir que me di cuenta justo después de escribir nuestra letra. Sin embargo, así quedó. Sentirse parte de una escena siempre resulta raro y sobre todo incómodo, pero hacerlo en una época como esta lo puede ser aún mas estando todo tan atomizado. Formamos parte de la escena de la gente que le gusta hacer -y consumir- canciones pop hermosas, emocionantes y con un punto sofisticado. A esto sí que nos apuntamos.

Margarita: Me hace gracia lo de las similitudes vocales con Vainica o Cecilia porque, aunque me gusta la comparativa, no es intencionado. Hasta que conocí a Jesús ni me había atrevido a cantar en español. Mis referencias musicales no van por ahí. Y acabo de enterarme de qué es la tercera vía. 

En ‘Tour de Force’ cantáis eso de “aunque se desaten en el mundo entero vientos, truenos y confusión”. ¿Preparabais el terreno ante la situación tan extraña que nos iba a sacudir?

Jesús: Es gracioso, porque nos dimos cuenta de ese detalle al iniciarse el estado de alarma, ya que poco antes del confinamiento habíamos empezado a mostrar las canciones del disco. 'Tour de force' es la canción más antigua del disco: se compuso en 2016, así que podríamos haber adquirido ciertas aptitudes proféticas, un poco a la manera de Cohen. Sea como sea, habla de que ciertos sentimientos, ciertas certezas, no las puede quebrantar nadie ni nada: sea una pandemia o el mismísimo Apocalipsis.

Hablando de referencias, ¿la ‘Jennie’ del disco tiene algo que ver con ‘Portrait of Jennie’ lo digo por el contexto neoyorquino, la nieve y el paisaje…?

Jesús: Es un homenaje a la película, en efecto. Con el paso del tiempo se ha convertido personalmente en un film fetiche hasta el punto de que a veces digo que es mi película favorita de todos los tiempos: tan sutil, tan emocionante, tan ambigua y tan imposible. No es la primera vez que honro la memoria de este trabajo de Dieterle: en Sector de Agitadas hice un clip casero sobre la cinta. La canción sobre la que puse las imágenes es 'La piel que brilla' y se puede localizar fácilmente en youtube. Supongo que es una pequeña gran obsesión.

En las canciones hay desvelos, desasosiego, perplejidad e incluso una maldición pero al final se trata de “escapar con distinción” ¿No?

Jesús: En los textos solemos echar mano de sensaciones fuertes, y para compensar tanta intensidad hacemos un requiebro entre simpático e inquietante con el fin de quitar un poco de hierro al asunto. Pero al final sí que somos un tanto escurridizos: nos causaría perplejidad que nos etiquetasen fácilmente o nos colocasen en una fiesta a la que nunca pediríamos ser invitados.