El agosto pasado ya pudimos escuchar un breve adelanto del material que el músico de Yorkshire estaba preparando para completar las once canciones que conforman 'The Moon and the village' (Tapete Records, 2017), el nuevo álbum del autor de 'The Nightmare Of J. B. Stanislas'. En aquellas pequeñas muestras ya creímos intuir como Nick Garrie parecía retomar el aire folk-pop que atesoraba el magnífico '49 Arlington Gardens' (Elefant Records, 2009), y que le alejaba definitivamente del oropel instrumental que, 56 músicos mediante, otorgaba a su clásico de 1969 el título honorario de 'cumbre del pop barroco'. Con el paso de los años y el bagaje vital acumulado, este fan de Bob Dylan y Charles Aznavour , decidió soterrar la psicodelia y se entregó a la canción amable pero sentida, guiada por su guitarra acústica y espoleada por los arreglos clásicos, justos y medidos. Con canciones como la inicial 'Lois´Diary', con su lamento embriagado por las cuerdas, la balada al piano de 'Early morning in the garden' o el violín que abre 'My dear one', Garrie abre las puertas de la reflexión en un disco que, aún apuntando momentos distendidos como la tabernaria 'Bacardi Samuel' o la afrancesada 'Ma petite Catherine', es toda una oda a la introspección. Un hermoso ramillete de canciones que aquel muchacho que vivió como hippie en la isla de Giglio parece interpretar rodeado de amigos y sentado en el jardín de su casa a la luz de la luna.
TAMU Y J'AIME / CANTAN A LA NAVIDAD
Conociendo a los protagonistas de este single de dos canciones, Tamu Tamurai y Jaime Cristobal, era inevitable que estos "villancicos jambos", nueva referencia del sello pamplonés El Nebula Recordings, fueran prensados en 250 copias de vinilo en negro carbón navideño. Un coqueto souvenir festivo que con el punch de surf hogareño de la inicial 'Sin ti no hay navidad', y sus guitarras surcando el espumillón entre el jangle pop, los modos de Dick Dale y la brisa hawaiana, aúpan al oyente con la batería y los coros destilando un aire a High-school de fiesta con ponche incluido. La pandereta inicia con candor de adviento el melancólico vals, de 'Navidades sin ti', donde, en un reverso doliente de la cara A del disco, las luces de la ciudad no pueden competir con el pesar del amor perdido. Aquel que no sabemos si volverá a casa por Navidad.