Dicen que el germen de Contento se remonta a un concierto de Eddie Palmieri en la Casa De Las Culturas Del Mundo de Berlín allá por 2011. Pero, en realidad la creación de este dúo formado por Paulo Olarte y Sebastián Hoyos (más conocido como "Sano") no fue un ‘Vámonos P’al Monte' (cómo cantaba el maestro neoyorquino), sino que el secreto de la cocción de su Salsa tiene otros ingredientes más reposados, "pues ese fue nuestro primer encuentro en vivo y en directo y diría que no duró mas de 3 minutos, la semillita se sembró más adelante". La relación artística entre estos músicos colombianos residentes en Europa desde hace años - Paulo en Ginebra y Sano en Barcelona - cristaliza después de una conexión fermentada tras más de un lustro y que inicialmente fue gestándose a partir de aquel breve encuentro berlinés, a raíz de conversaciones telefónicas y una posterior visita de Sano a la casa en Suiza de Paulo con la que pretendían romper el hielo de la distancia geográfica y mitigar el frío alpino a través de una pasión común por la salsa, los sonidos tropicales y la nu yorica! más chispeante.

Una simbiosis de largo recorrido, iniciada allá por 2016 y que culmina con la edición de 'Lo Bueno está aquí' (El Palmas Music, 2020), disco que no ha dejado de recibir parabienes desde su publicación, ya que fue seleccionado como álbum global del mes de noviembre en The Guardian y ha sido adulado por tótems de la altura de Gilles Peterson. En esta caso queda claro que lo bueno se hace esperar, "en nuestro caso se dio así, pues estamos en ciudades diferentes y eso limita los encuentros. No es que uno se vea cada vez que uno quiera, por lo tanto el tiempo se vuelve mas precioso. Igual es importante tomar distancia de lo que uno hace par poder seguir adelante. En nuestro caso se tomó su buen tiempo, así que si, al parecer lo bueno se hace esperar ". En estos tiempos de hipercomunicación resulta mucho más fácil operar artísticamente desde la distancia, pero en este caso, para que circule esa sangre caliente que caracteriza a la salsa y que se percibe en el sonido de Contento quizás lo ideal siempre es buscar la inmediatez y la presencialidad, "pues para el álbum tuvimos sesiones en Ginebra y en Barcelona, quizá unas 8 o 10 durante tres años. Varios días encerrados en el estudio dejándolo todo cada vez, así que la calentura y el enfieste siempre estuvieron presentes".
Dejando de lado otros proyectos artísticos - Paulo es productor de música electrónica, DJ y también componente de los excelsos Acid Coco y Sano ha formado parte de la escudería Cómeme - para concentrarse en cápsulas de tiempo muy determinadas y lograr la fórmula de lo que ellos definen como "salsapunk": "Pues es la mezcla del sonido salsero con el acercamiento punkero de trabajar con lo que hay. Como quien dice, trabajar con las uñas: el famoso diy. Sí solo hay una lata de galletas y una botella de gaseosa para hacer la percusión ¡pues con eso se hace!". Un acercamiento lúdico y genuino a los sonidos bailables que sintetiza ese calor caribeño con los procesos domésticos que imperan en la producción musical en los países del norte de Europa, "somos nosotros quien definimos la ruta y la manera, creo que estamos haciendo las cosas igual que en cualquier otro lado, en un estudio casero como en cualquier lugar del globo". Aunque las texturas de canciones cómo 'Dale Melón', 'Paso Palante' o 'Enlulao', que alimentan los surcos de un disco altamente disfrutable, son más orgánicas que lo que el background de sus autores, a priori, podría indicar: "quizás al comienzo aún teníamos ciertos automatismos que vienen de la producción de la música electrónica, pero eso se soltó rápidamente", a sabiendas de que han trabajado muchos de los sonidos del disco con máquinas de los años 80 o un Roland 1106.
‘Loco por tu amor’ es quizás su canción más emblemática hasta la fecha, aunque en el disco hay otros potenciales hits como ‘Dale Melón’. Cortes, sin duda, capaces de hacer mover las caderas al más sieso, y que pueden funcionar de igual manera en el calor de un concierto o en el fragor de una sesión de música de baile. ¿Qué le apetece más a Contento, asaltar pistas de clubs o salas de conciertos?. "Pues la verdad ¡ambas cosas!". Aunque más allá del imperativo bailable de estos sones, introducen elementos como el saxo de Kitchu Dub que suena en la mencionada ‘Dale Melón’ o en ‘Paso palante’ y que otorga a su sonido un toque jazzero muy nutritivo que corrobora su querencia por la mezcla, siempre dispuesta con coherencia estilística "por supuesto si no nunca hubiéramos echo esa colaboración. Igual el Jazz es parte de la salsa, es la misma familia". Además por ello, el son montuno y el guaguancó también están muy presentes en estas canciones, casi que parece cierto homenaje encubierto a los sonidos cubanos, pero su horizonte no se circunscribe a un solo país, sino que "es el reflejo de lo que llevamos dentro, la música con la que nos criamos y crecimos, el caribe, el pacifico, el trópico en todas sus representaciones, como quien dice Colombia". Una Colombia que también subraya su presencia, además de por el origen de los dos componentes del dúo, por la presencia del tiple de Germán Cañellas.
En definitiva, una manera de acercarse a la salsa y a los sonidos tropicales muy particular, que viene influenciada por los grandes nombres del género, aquellos que hacían crecer la canción de baile con amplias orquestas y combos, "Eddie Palmieri es uno de ellos indiscutiblemente. Fruko sin duda alguna. Joey Pastrana ... en fin ... ", y que convierte a Contento en una de las sorpresas del año por configurar un andamiaje festivo, bailable y quizás curativo desde un núcleo muy reducido por las circunstancias y que funciona como efectivo remedio sonoro para la extrañeza vital que nos azota: "¡Sí también, música con amor y pasión. Salsapunk con mensaje positivo!"