Sin mayor afán que el de hacer síntesis de un año especialmente nutrido en cuánto a publicación de discos interesantes y recomendables (algo inevitable dado la grandísima densidad de producción de trabajos discográficos), hemos preparado una playlist con 30 canciones que ejemplifican que los estilos musicales ya no son para nada compartimentos estancos, que las influencias son disparadas desde diferentes ángulos y que la universalización cultural, si es tratada con las herramientas adecuadas, honestidad y personalidad, suele dar lugar a obras de entidad y que van más allá de clubes exclusivos, fanatismos exacerbados y banderas enarboladas que ya huelen a humo.

Así que allá vamos: del post-cabaret con influencia de los scores cinematográficos de la antigua Unión Soviética de Michelle Gurevich, el pop íntimo entre Antena y Gainsbourg de Mysterio, la exótica narcótica de Insecure Men, el afrobeat sincopado de Vaudou Game, el nuevo Raï de Sofiane Saidi, los standards venenosos de Nellie McKey, el R&B reivindicativo de Janelle Monáe, el post-trap con el beat a baja cocción de Zazo & Gxrmet, la aproximación a la MPB más sabrosa de Annelis Asumpçâo, el pop multiforme con influencia de la Nouvelle Vague de Alice Lewis, el destello imperecedero de los nuevos códigos aplicados por Tórtel, la chanson con alma de blues de Wladimir Anselme, el power-pop de ojos empañados de Dropkick, el homenaje a France Gall con alma de bossa nova doméstica de Kikí D'akí, el lamento australiano de Lachlan Denton, el bolero urbano con sentido y sensibilidad de Mabiland, el nuevo sabor de la salsa de Meridian Brothers feat. Grupo Renacimiento, la unión de lo sintético y el punch africano de Perapertú, el reguetón explícito y feminista de Rosa Pistola, la canzone interestelar de Vanessa Paradis, el emocionante reverb de Michael Nau, el muro de sonido veraniego de Parade, el baladón intergeneracional de Summer Spree, el elegante pop de cámara de Silent James, la chanson romántica y decadente de Arthur H, el pop de ojos rasgados y olor a primavera de Cathy Claret, el jazz de entre guerras de Młynarski-Masecki, las malas semillas sembradas con pasión crooner por Conde, la nueva religión que implora más humanidad de Alberto Montero y la despedida llena de amor de Hazte Lapón. Pasen y escuchen: