Chucho: “La única perversión posible del sistema es el amor”

Fernando Alfaro nos habla de las canciones de 'Corazón roto y brillante'

Chucho. Rock desfibrilador.

En este contexto extraño presidido por el desconcierto cobra más fuerza si cabe el sustrato exorcizador de 'Corazón roto y brillante' (Intromúsica, 2020), la nueva bola extra de la discografía de Chucho. Un disco directo y radiante, quizás compuesto con la misión kamikaze de zurcir corazones rotos y que la banda comandada por Fernando Alfaro - con quien charlamos en esta entrevista - podrá presentar al fin en directo dentro del marco del Festival Tomavistas, en su singular edición de 2020.

Portada de 'Corazón roto y brillante'

Antes de nada, ¿cómo habéis llevado el confinamiento y esta nueva “normalidad”?

Está siendo complicado, obviamente. En nuestro caso más, dado que vivimos cada uno en un sitio. Juan Carlos de hecho vive en Leeds, con todas las limitaciones de movimiento que eso nos impone. Aún así nos las hemos arreglado para producir cinco singles previos al álbum, cada uno con su vídeo. Y hemos podido lanzar el álbum, ‘Corazón roto y brillante’ y su alter ego, el libro ‘Pere y María’.

Me gusta mucho la portada del disco, es sencilla pero efectiva, un corazón al que vemos sus arterias y tipografía de viejas computadoras. ¿Es este el disco más descarnado de Chucho? ¿Es este el cancionero más impúdico, pasional, arrebatado?

Lo de la portada es el símbolo del desfibrilador, que se encuentra en estaciones y aeropuertos. Un corazón suspendido en medio del cielo. Descarnado pero brillante. Todo el disco responde a una idea y a un estado anímico, el provocado por una ruptura sentimental, o emocional. A partir de ahí el disco se articula como un relato: es narrativo o conceptual por un lado, pero por otro está plagado de singles o canciones-motor. Cada canción funciona por sí sola y es pop en el sentido clásico. Hay mucha fuerza en estas canciones, aunque sea una fuerza desesperada. Y miran a un futuro brillante.

La producción de Sergio Pérez es excelente. Me gusta porque cada instrumento tiene su propio latido, puedes intuir su narrativa por separado. ¿Qué opináis?

Sí, conocíamos mucho a Sergio y su trabajo, y ya pudimos comprobar, con su producción de nuestro anterior EP, ‘Magic+’, que era lo que necesitaba este nuevo disco. Habíamos pensado incluso, al principio, llamar al disco 'Brillante, presente y moderno' (bpm), pero luego llegó la idea del disco y las canciones y tiraron la puerta abajo.

Vamos a desmenuzar un poco las canciones. En 'Corazón roto y brillante' narra una ruptura, que es el eje del álbum. ¿La felicidad es algo razonablemente buena o necesaria? Lo comento porque estamos en una sociedad que construye felicidades normalizadas y absurdas.

Porque la felicidad, si es que existe más allá de fogonazos o momentos puntuales, la encuentra cada uno donde quiere o donde puede. Los “manuales para encontrar la felicidad” son uno más de los engaños que nos hemos dado. Lo que se espera de nosotros, las mentiras de la carne y el dinero. Los 'american way of life'. Los ascensores sociales.

En 'Yoga Love' se satiriza con esas conductas que nos llevan a refugiarnos en métodos de relajación, o en modos de vivir que se rige por manuales de autoayuda. Impresiona el contraste de lo real y lo simbólico en este tema. ¿Hasta dónde podemos llegar por amor? ¿Lo real siempre supera lo simbólico, el acto poético?

Para las personas que se vuelcan en él, el amor es una fuerza arrolladora, muy parecida a la locura como diagnóstico. Puede incluso no tener fin. Hasta ahí puede llegar a retorcerte el amor. Y sí, el asunto del yoga es a la vez un símbolo y una realidad, porque la realidad duele de veras.

En 'La carretera de la costa' hay un verso que me encanta: “Siempre elegiré la carretera de la costa: yo quiero vivir, no quiero llegar”. Me da la sensación de que Chucho siempre ha deambulado por carreteras secundarias. ¿Cómo se lleva vivir en los márgenes y ser reconocidos y populares?

Con el tiempo, y nosotros ya llevamos el suficiente, llegas a darte cuenta de que el viaje es la vida. Ese es el objetivo y no otro: vivir mientras tanto, amar, beber, viajar, aprender. La meta no es llegar a la cumbre, sea eso lo que sea, porque en la meta está el final que es morirse. Hay que vivir y disfrutar.

“El zeitgeist es un bozal que no me puede amarrar”. La feria animal es donde se da rienda suelta a la supremacía de la carne, a devorarnos sin cortapisas. ¿La sociedad actual regula cada vez más nuestros cuerpos? ¿El cuerpo mutilado como reivindica Arca es la forma que tenemos de pervertir el sistema?

Esa frase la dice el monstruo intelectual que es el protagonista de la canción, y que no tiene pelos en la lengua y reconoce lo que ve: el ser humano tiene una vertiente fuerte de depredador de otros humanos, y utiliza todas las armas para ello, incluida la corrección política. La única perversión posible del sistema es el amor. Y eso lo han visto muchos a lo largo de la historia, Jesucristo entre ellos. 

Tengo la impresión de que este es un disco de volver(se) a descubrir uno mismo, de exorcizar fantasmas para crear un nuevo imaginario. ¿Qué pensáis? 

El disco mira todo el rato hacia adelante, o lo intenta, por mero instinto de supervivencia, después del desastre. Ese punto de esperanza, de canciones-motor que decíamos antes, encuentra su forma musical con nuevas sonoridades, pero reinterpretando nuestra propia esencia musical. Somos los Chucho de siempre, pero unos Chucho de ahora, del futuro.

Hablando del complemento al disco que ha sido el libro titulado 'Pere y María' (Muzikalia, 2020), el cual explica más detalladamente los temas. ¿Explícanos quienes son estos personajes y por qué decidiste darles vida narrativa?

En realidad no es una explicación de las canciones, aunque cada capítulo del libro se corresponda con una canción, incluso siguiendo el orden del disco. Actúan más como vasos comunicantes, y no sólo cada canción con su capítulo del relato; también entre canciones y dentro del propio relato. El libro es como una especie de reflejo fantasmal del disco. Cuando estaba viviendo aquella situación, la que estaba dando forma a estas canciones, vi que necesitaba “sacarme” el relato de dentro, crear estos personajes, para que todo les ocurriera a ellos, no a mí.

Hay muchos fragmentos del libro que me interpelan de manera muy directa, y me emociona. En el capítulo 12 – 'Otra Ciudad'– narras una historia de fantasmas que habitan en una geografía extraña pero real; seres que sufren y miran directamente a la mirada vacía de los muertos. ¿Las canciones son un buen refugio para entender tanto dolor?

Las canciones ayudan mucho con el dolor, eso lo sabemos todos. Son como las hierbas curativas, y por tanto no evitan el dolor final, que es la muerte. Todos somos, al final, fantasmas.