Ya es tradición que con la llegada del verano elaboremos una playlist con refrescantes canciones de toda época y estilo, prestas para ayudarnos a sofocar los rigores del calor:
La rumba reggae de Cathy Claret, el arrebato northern soul de Bruno Lomas, el pop barroco de Bertrand Burgalat, la proto electrónica marroquí de Abdou El Omari, el jaleado sonido cool de Chris Montez, el rap dislocado de Dream Warriors, el cha cha cha de Edoardo Vianello, el baile sintético del Sexteto Electrónico Moderno, las recomendaciones culinarias de Pedro Miguel y sus Maracaibos, la exótica especiada de Chico Arnez, la elegancia sin fin de Jane Birkin, el twang divino de Los Caramelos, el sonido roots y romántico de Frankie Wilmoth, la cumbia "dubificada" de Frente Cumbiero y Mad Professor, la samba cósmica de Joyce y Nelson Angelo, la psicodelia funk turca de Nazan Şoray, la morna salada de Bau y el bailecito final de Waldo de Los Ríos...
Rodajas perfectas para escuchar mediante hilos musicales en la piscina que ilustran postales de cervezas bien frías y situacionismos en colchoneta; con unos buenos auriculares frente a la playa, a través de las notas diluyéndose entre el sonido de las olas del mar y el rugido de los bañistas o en una terraza de verano apurando los últimos tragos del cóctel de moda o del gin-tonic que rebaja cenas opíparas y, sometidas a tales calores, aún más indigestas. Incluso para aquellos que no pueden escapar de la rutina y que tienen a bien darle al play, aprovechando la ausencia distinguida del jefe de turno. Eso sí, no se olviden de la mascarilla...