Al habla con una de las cantaoras más apasionantes del flamenco actual: Antonia Contreras. No cuenta con el apoyo de grandes editoriales, ni su arte se verá en festivales en los que el cante atrae a público milenial. Antonia Contreras vive un momento dulce, ya que ha podido hacer realidad su sueño: grabar el excepcional 'La voz vivida', en el que recupera palos antiguos sacándoles lustre con su torrencial voz. El arte de la memoria.
Me parece curioso que después de una carrera tan dilatada, sea 'La voz vivida' (La Voz Del Flamenco, 2017) tu primer disco en solitario. ¿A qué es debido?
Me habría gustado que a alguna discográfica le interesara lo que hacía y como lo hacía. Al no ser así me lo he tenido que producir o financiar yo misma, y eso no me ha sido posible hasta este momento. Claro, esto me ha dado la libertad de hacer el disco que quería sin que nada ni nadie me condicione.
Tu biografía cuenta con un parón artístico de algunos años ¿Qué te paso en este tiempo?
Fueron varios motivos: el principal que me casé y tuve hijos muy joven, que eran otros tiempos. Para dedicarse de manera profesional a algo es esencial prepararse, estudiar para ello. Las circunstancias, entonces, no me lo permitían.
Tienes, tengo entendido, una formación meramente autodidacta. ¿Cómo afronta un autodidacta el proceso creativo? ¿Es la intuición lo que hace grande el cante?
Efectivamente, soy autodidacta. Para mí hay dos cosas importantísimas: tener ilusión y creer en las cosas que hago. Identificarme con ello, espacios, letras, estilos y otros asuntos. El cante se hace grande si quien lo interpreta lo siente, lo vive, lo mete dentro de sí. Da igual si es una seguiriya, un fandango o una guajira. Hay que creerlo, hacerlo verdad. Solo así se puede trasmitir.
Eres una mujer inquieta que no para de encarar proyectos de los mas diverso: desde cantar con orquesta filarmónica a pasar a recrear de poemarios de la generación del 27 junto a Chaparro de Málaga (guitarra) y el violín de Nelson Dobras. ¿ Explícanos cómo es tu forma de encarar cada proyecto?
Sí, soy inquieta y esa inquietud me ha ayudado mucho en mi carrera. Me aburre escuchar a alguien que tiene el mismo repertorio desde hace 20 años. Me cuesta cantar tres días seguidos el mismo orden y los mismos cantes. Siempre estoy buscando letras nuevas para adaptar. Lo de las orquestas han sido experiencias muy bonitas. No sé leer música, me costó mucho ponerlo en su sitio. Quizás por eso 'El Amor Brujo' de Manuel de Falla ha sido una de las obras que más satisfacciones ha dado a mi carrera. Me ha dado la posibilidad de conocer teatros de medio mundo, a grandes directores y he disfrutado mucho interpretándola. El proyecto de la generación del 27 ahora lo llevo a cabo con la guitarra de Juan Ramón Caro y el baile de Carmen Camacho. Soy muy amante de la poesía, y me ilusiona dar vida a esos grandes poetas.

Siguiendo con tu forma tan heterodoxa de entender el proceso creativo, otra de tus virtudes es empastar tradición y modernidad , y rescatar cantes olvidados. Eres algo así como una arqueóloga muy respetuosa con las fuentes. ¿Qué opinión de merecen artistas como Rosalía o El Niño De Elche que a su forma están haciendo atractivo las formas flamencas a la nuevas generaciones? ¿Te identificas con sus discursos? ¿Te parecen demasiado impostadas las maneras?
Hay que entender que hay público para todos los gustos. Estos dos artistas tienen formas nuevas para ofrecer y con ellas han conseguido hacerse con un público. A la pregunta de si me identifico con esa forma, mi respuesta es no.
El flamenco va muy ligado a un entorno social que en la mayor parte lo determina. ¿Te consideras una purista del flamenco o apuestas por transgredir las normas?
En la vida es necesario apostar, consciente de que se puede perder. Yo he grabado un disco a sabiendas de que no sería un éxito de masas, primero por no tener detrás ni la discográfica multinacional ni grandes empresas de marketing; y segundo porque he grabado un disco de flamenco tradicional y por éste se apuesta muy poco o nada. Pero he grabado el disco que quería, con los estilos que he querido y que me identifican.
La Niña de la Puebla es uno de los referentes clave en tu formación. ¿De qué manera te influyó la gran artista sevillana?
Desde pequeña me sentí atraída por la música que escuchaba a diario en una radio antigua que había en la casa donde me crié, bendita radio en la que escuché a tantos y tantos artistas que me acompañaban a diario. Es cierto. Dolores fue una de las artistas que me transmitió las primeras inquietudes por este arte y me aprendía todo lo que escuchaba de ella. Cuando empecé a cantar en público lo hice interpretando cantes que le había escuchado a ella, granaínas, fandangos y, por supuesto, sus famosos campanilleros por los que se la conocía, aunque Dolores fue una artista con un repertorio amplísimo. Al principio yo cantaba por afición pero nunca pensé que pudiera dedicarme a esto de manera profesional, aunque bien es cierto que soñaba con ello y pienso que por desearlo tanto finalmente se me cumplió. En 2015 presenté para la Bienal de Málaga 'A la luz de tu cante' en homenaje a La Niña de La Puebla, pues me sentía en deuda con ella por lo que me había aportado su cante.


En el 2016 ganaste la Lampara Minera de cante de Las Minas de La Unión acompañada por la guitarra de Juan Ramón Caro. ¿Era necesario refrendar tu valía en este festival? ¿Supuso un espaldarazo a tu carrera?
En ese momento yo necesitaba hacer algo que me sacara del desencanto en que me encontraba en lo que a lo profesional se refiere. Corrí riesgo porque soy muy exigente conmigo misma y una vez tomada la decisión de presentarme me obligué a hacerlo con un repertorio de letras nuevas en cada uno de los cantes. Esto en los concursos no siempre se valora, pero en mi caso tuve suerte de que sí.
A pesar de llevar tiempo en este mundillo, había mucha gente que no me conocía, ciclos en los que no tenía cabida por no contar con un premio de relevancia. Esto es lo que me argumentaban algunos programadores; cosa que, por otra parte, era difícil ya que, hasta ese momento, yo había participado en muy pocos concursos, casi todos a nivel provincial y el último lo había ganado 12 años atrás. Y sí, me ha ayudado bastante ganar la Lámpara; me ha permitido entrar en programaciones que antes no habían contado conmigo, pero sobre todo me ha dado la posibilidad de cumplir el sueño de grabar mi disco. He invertido un premio en otro premio, pues eso es para mí 'La voz vivida'.
'La voz vivida' es un disco maravilloso en el que pones voz a diferentes cantes (Granaínas, tangos, bulerías…) Rescatar cantes casi olvidados parece un acto de resistencia al olvido y un aviso a navegantes a las nuevas generaciones del flamenco. ¿El flamenco es un género que sin memoria está predestinado a no avanzar?
Muchas gracias por la consideración hacia este trabajo que he sacado con tanto esfuerzo como ilusión. Considero muy importante la memoria porque sin ella no habría experiencia. Yo la tengo porque estos cantes los aprendí de pequeña, forman parte de mi vida. Eso sí, he tratado de cuidarlos al máximo, no hacer imitaciones (se me da muy mal), pero sí traerlos a mi tiempo y forma, con textos inéditos.