No deberíamos hablar de "formato pequeño" en el caso de un disco que contiene canciones tan grandes. Con cinco cortes como cinco gemas, surgidas de algún lugar dónde el tiempo se detiene en lo esencial y las modas importan realmente poco, Ana Béjar ha facturado el esplendoroso 'The Good Man' (Luscinia Discos, 2016), disco que presenta estos días en directo, arropado por las excelentes opiniones que cosecha desde cualquier pletina en la que viajan sus surcos. Ana lleva mucho tiempo haciendo canciones y grabándolas mediante diferentes manifestaciones, en bandas como Usura, Orlando, TODO (junto a Ramón Moreira). Siempre bajo el amparo de un proyecto compartido y permaneciendo decididamente acompañada. Ahora publica su primer trabajo en solitario, quizá el primer paso de una fructífera trayectoria desde la independencia artística absoluta. "Es un paso más. No soy muy objetiva con esas fases que podrían apreciarse desde fuera. Paradójicamente, nunca me he sentido mejor acompañada que ahora que me lanzo en nombre propio", nos comenta horas previas a la presentación del álbum en la sala Siroco de Madrid, en el marco del festival 'Ellas Crean'.
Desde la portada de 'The Good Man', se presenta, con cierta timidez, sin mostrar su rostro en primera persona, tal y como suele ocurrir con la mayoría de discos que son parte de proyectos unipersonales y muestran una fotografía en su portada. Es posible que con cierta intención estética o queriendo expresar que sus pasos van a ser medidos y determinados. "No ha sido intencionado, al menos conscientemente. La portada es fruto de una de las sesiones fotográficas con Marine De Lafregeyre y el diseño corrió a cargo de Sarah Vacher. En mi propuesta no hay timidez, aunque la estética ofrezca esa cara, creo que más que timidez podríamos hablar de desnudez o estilo "mínimal", entendido como desnudarse a lo esencial", observa.

Es curioso porque de sus proyectos recientes parece que 'The Good Man' es el disco con mayor repercusión mediática que ha grabado. Es de suponer que tener una discográfica detrás y una oficina de management, haciendo de parapeto, tiene mucho que ver con ello. Alejándose de cierta tendencia habitual en los tiempos que corren, donde muchos artistas se decantan por la autoedición y por el hecho de querer abarcar todos los procesos de edición y promoción de un disco. "La autoedición se hace necesaria en estos tiempos. Mi anterior disco de TODO, 'Waiting' (2014), junto a Ramón Moreira (ex Ginferno), fue autoeditado, y en ese sentido nunca me he encontrado más cerca de mi trabajo: lo grabamos en el estudio de Ramón a fuego lento, nosotros dos solos y el diseño lo realizó su mujer. Lo fabricamos artesanalmente, numerando a mano cada ejemplar…Te puedo asegurar que no se puede poner más emoción en todo ello. Pero esta vez he tenido la inmensa suerte de contar con Luscinia Discos e Idustrias Bala, y en esta ocasión ha sido igual de emotivo y de pausado, pero con la profesionalidad de ellos, que lo hace todo inmensamente más fácil.", matiza.
[pull_quote_right]Tengo un amigo que está muy cansado porque siempre lo comparan con Tom Waits y Nick Cave; a las mujeres con Patti Smith y PJ Harvey[/pull_quote_right]
Ha participado en varios homenajes, a bandas como The Church o el disco de tributo a Carlos Desastre (músico y escritor malagueño, fundador de 713avo Amor). Además en las reseñas de 'The Good Man', salen a colación nombres como P.J. Harvey, Lhasa de Sela, Lisa Germano… Es posible que los referentes estén muy presentes en la obra de Ana Béjar. "No lo sé. No los escucho casi nunca, ni me acuerdo mucho de ellos. Pero claro, nos influye todo. Y a las mujeres se les sigue comparando con mujeres y a los hombres con hombres.…¿Por el timbre de voz? ¿Por la tesitura? ¿Por cuestiones estéticas o políticas? ¿Por desidia o pereza? Tengo un amigo que está muy cansado porque siempre lo comparan con Tom Waits y Nick Cave; a las mujeres con Patti Smith y PJ Harvey." comenta con recelo. "Volviendo al tema homenajes: me encanta hacer versiones. Disfruto mucho."


Charles Bukowski escribió, en boca de su álter ego Henry Chinaski, en la novela 'Mujeres' (1979): "Más de un hombre bueno ha acabado en el arroyo por culpa de una mujer". Suponemos que 'The Good Man' tiene poco que ver con esta sentencia algo misógina. "Siempre grande, Bukowski. Pues puede tener que ver con esta sociedad patriarcal, donde somos enseñadas por nuestras madres a desear a los hombres "malos". En todo caso, desde la óptica masculina, nosotras seríamos la "Eva" culpable de hundir al buen hombre de Chinaski", afirma con rotundidad.
El disco comienza con un medio tiempo más clásico, 'In the parlour', pero en el resto de canciones Ana Béjar juega con cierta experimentación y buscando un clima determinado. Una forma de abrir la puerta sin estridencias para que el oyente se adentre en el nuevo universo que ella está proponiendo. "Totalmente intencionado. A lo largo de mi carrera he funcionado con las fórmulas habituales de banda de rock batería-bajo-guitarra, algo que por momentos me aburre bastante a estas alturas. De unos años para acá, estoy investigando otras formas de hacer llegar mis canciones, sin recurrir a lo habitual. Diferentes instrumentos, estructuras más experimentales..."
[pull_quote_right]De unos años para acá estoy investigando otras formas de hacer llegar mis canciones sin recurrir a lo habitual[/pull_quote_right]
'En el puente del aire', segundo corte del disco, guarda reminiscencias fronterizas. Deja intuir que Ana Béjar es de escuchar nuevas músicas y descubrir sonidos con los que enriquecer sus canciones. "Supongo que más que escuchar nuevas músicas (Bach es mi banda sonora), se trata de hacer mío un mundo musical y habitarlo. Consiste en sentirme cada vez más cómoda en ese mundo. Para eso tengo que luchar contra mis vicios adquiridos a lo largo de tanto tiempo funcionando en "modo banda"", argumenta.
Las tres canciones restantes tienen un aire más singular, muy especialmente el último corte del disco, 'Tongues on fire', bañada en turbio folk psicodélico. Parece que Ana quiere dar con la tecla para musicar el deseo encontrado. "Exactamente. Quizá tenga un aire más singular porque nace de una improvisación que grabé en casa y nunca retoqué la estructura ni la voz, están tan cual salieron impetuosamente por primera vez".
Salvo 'En el puente del aire', las canciones están cantadas en inglés. No sabemos por un cierto respeto de su autora a componer todas sus letras en castellano o simplemente se trata de un detalle al que apenas da importancia. "Me siento más cómoda cantando en inglés ya que suelo escribir las canciones en ese idioma. No descarto escribir más en castellano, de hecho últimamente parece que me sale con naturalidad a la hora de escribir un tema nuevo. No es algo que me preocupe. Respeto a un/a músico/a por sus composiciones, actitud y filosofía. Todos somos mucho más complejos que "cantar en inglés o español"".
Para cerrar nuestra conversación, invitamos a Ana a que nos comente cuales sus proyectos a corto y medio plazo, para conocer de primera mano de que forma tiene pensado hacer viajar unas canciones con tanta vida propia como las de 'The Good Man'. "En una semana me marcho a Alemania y Holanda a presentar el disco. A continuación tengo una actuación programada en el Museo Ruso de Málaga, revisitando a un autor ruso. En cuanto a grabaciones, con íO, mi dúo experimental junto a Carlos Suero, estoy preparando nuestro segundo disco. Y Ana Béjar ya está grabando nuevas canciones...". Permaneceremos en sintonía.