Su carta de presentación indica que están influenciados "por los tambores de La Caderona, las lágrimas de sudor que caen del techo en Juanchito, ritmos de cumbia, porro, bullerengue y champeta", pero Acid Coco, el dúo fraternal y colombiano formado para la ocasión por Paulo y Andrea Olarte, no son para nada otro combo más que repica los sonidos tradicionales y del pasado para atestiguar los sonidos del presente embadurnando con melifluas capas de electrónica.
La entidad de su aleación es bien distinta. Crece nacida de la diáspora y cultivada con un recorrido norteamericano y europeo (primero en Miami y más tarde de Berlin a Suiza y vuelta) que incluye incursiones en el reggae, en la electrónica de clubes y un conocimiento exhaustivo de las músicas populares de su lugar de origen y alcanza la mayoría de edad con la edición de 'Mucho gusto' (El Palmas Music, 2020), un disco de debut donde las intenciones y el resultado empatan en un festín de músicas tan inasibles como los ritmos que colorean la vida de Colombia.

Un trabajo donde la versátil voz de Andrea, tan sudamericana en su esencia cómo europea en su afán cosmopolita, traduce en versos importantes (aquí se habla de la femineidad en mayúsculas cómo en 'Yo bailo sola' o de los sinsabores que se amortiguan bailando, escúchese 'Sin Salida'), enaltece el buen hacer a los mandos de Paulo, que trajina entre los latidos urbanos y la tradición con una naturalidad pasmosa.
Una sólida mixtura que traduce ciertos códigos contemporáneos (más emocionales que políticos) con eclecticismo desde sus apuntes de cumbia, los requiebros cómicos de la champeta, la fantasía rítmica del bullerengue o el rap recitado con holgura (recordando en 'Siempre en mis sueños' a su compatriota Mabiland), mostrando sus cartas con el ritmo en primera plana pero escondiendo los ases con cierta melancolía reflexiva en su literatura. Canciones para bailar con media sonrisa en la cara, que, tiempo al tiempo, podrían convertirse en el reverso pop de Meridian Brothers o alcanzar la relevancia, casi sin parangón ahora mismo, de Lido Pimienta.